Este domingo 2 de junio más de 99,5 millones de mexicanos tienen una cita con las urnas en las elecciones más grandes de su historia, con más de 20.000 cargos en juego y con la aspirante oficialista Claudia Sheinbaum como clara favorita para ganar la Presidencia, todo ello en medio de una campaña marcada también por la violencia, en la que han muerto asesinados una treintena de candidatos.
El 1 de marzo arrancó la campaña y desde ese momento no ha habido encuesta que cuestionara el triunfo de Sheinbaum, que se sitúa en torno al 50% intención de voto, por delante de la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, quien se ha ido desinflando con el paso del tiempo hasta quedarse a unos 20 puntos porcentuales de la aspirante de Morena.
La ‘delfín’ del presidente Andrés Manuel López Obrador, exalcaldesa de la capital, ha prometido que continuará con el legado político con el que ha logrado sus altos índices de popularidad y aprobación, así como con su propuesta para combatir la violencia, que se distancia de las medidas punitivas de gobiernos anteriores en favor de acciones más enfocadas a atajar la pobreza y la desigualdad.
Pese a que en las últimas semanas se ha reducido el margen con su competidora de la oposición, este continúa siendo más que amplio según gran parte de los sondeos, aunque no insalvable. Gálvez confía en lograr el voto oculto de millones de mexicanos, así como los del tercero en liza, un testimonial Álvarez Máynez.
Gálvez es la apuesta de una oposición que, en caso de acierto de las encuestas, se demostrará incapaz de revertir la popularidad de López Obrador gracias a sus políticas sociales en amplias zonas del país, relegadas al olvido por formaciones como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), con 70 años de gobiernos.
A pesar del apoyo mediático e institucional que le otorgan las siglas que conforman la coalición ‘Fuerza y Corazón por México’ -PRI, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD)-, Gálvez no ha sido capaz siquiera de situarse a la cabeza de las preferencias de los propios vecinos de su Tepatepec natal, una localidad agrícola en el centro del estado de Hidalgo.
Violencia durante la campaña
Estos tres meses de campaña han estado también marcados por el asesinato de una treintena de candidatos, el último de ellos esta misma semana en Coyuca, en Guerrero, así como por el desgraciado episodio durante un acto de Máynez en Nuevo León, en donde el desplome de un escenario provocó la muerte de nueve personas.
La violencia se ha cebado principalmente con las propuestas en las localidades y las poblaciones pequeñas, donde la presencia del Estado continúa siendo difusa por el poder que mantienen de forma sistémica el crimen organizado y los cárteles.
La Organización de los Estados Americanos (OEA), que ha condenado los recientes episodios de violencia y los asesinatos durante la campaña, confía en que “la participación y la movilización ciudadana vencerá al temor”. El organismo ya se encuentra en el país con una misión de observación electoral.
A pesar de las cifras, el presidente López Obrador ha destacado que los índices de violencia son menores con respecto a años anteriores y ha reprochado el, a su juicio, “sensacionalismo” que algunos medios de comunicación han estado haciendo de este asunto con fines, ha dicho, electoralistas y “politiqueros”.
El gobierno ha anunciado este semana que más de 27.000 efectivos del Ejército y la Guardia Nacional serán desplegados para garantizar la seguridad de los casi 100 millones de electores, de una población de unos 129 millones de personas.
La elección más grande de la historia de México
Además de la disputa -a una vuelta- por la Presidencia del país, los casi 100 millones de mexicanos que están llamados a las urnas también tienen en su papeleta los designios del nuevo Congreso, conformado por casi 630 escaños entre Cámara de Diputados y Senado, así como otros casi 20.000 cargos.
Entre ellos se encuentran los de la jefatura de Ciudad de México y sus 16 alcaldías, así como los gobiernos de los estados de Chiapas, Morelos, Tabasco, Guanajuato, Jalisco, Puebla, Veracruz y Yucatán, y sus respectivos entes locales.
La coalición oficialista ‘Sigamos Haciendo Historia’ -formada por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y los ecologistas (PVEM)- aspira a su vez a ampliar la mayoría que tiene en el Congreso, así como a defender su principal bastión, Ciudad de México, donde hasta ahora Claudia Sheinbaum ejercía como jefa de Gobierno.
Las elecciones de este domingo se enmarcan dentro de un periodo bastante excepcional en la historia reciente de México, puesto que por primera vez en su historia todo hace prever que será una mujer la elegida para dirigir el proyecto de vida de los mexicanos durante los próximos seis años.
La vencedora tendrá el reto de promover la igualdad en un país en el que se registran dos feminicidios al día, lo que significa que, desde hace décadas, más de 3.000 mujeres y niñas son asesinadas por el hecho de serlo.