El sobre amarillo se ha convertido, sin quererlo, en un ícono de la migración haitiana en Chile. A partir de un video difundido en redes sociales se pudo comprobar que este elemento acompaña a un alto número de los isleños que arriba al país.

Eliphete Clervil ingresó a Chile con uno de ellos en sus manos. En Haití trabajaba en la construcción. Sin embargo, dice que hay poco trabajo y que no es estable. "Eso hizo que mi situación económica no sea de las mejores", explicó. Luego de consultar a varios amigos que residían en Brasil y Chile, optó por intentar una nueva vida en Santiago. "Casi todos coincidieron en que en este país había más trabajo y era mejor pagado, que se ganaba muy buen dinero", aseguró.

Deslumbrado por las promesas que le hacían sus cercanos, Clervil llegó a los hermanos Difficile, cabecillas de una banda supuestamente dedicada a promover el tráfico de migrantes desde Chile, República Dominicana y Haití. "Me dijeron que me cobrarían US$ 2.000 por hacerme todos los trámites para ingresar", detalló.

El servicio consistió en la compra de pasajes en bus desde Haití a República Dominicana, y desde este último país a Chile. Además, la oferta incluía una carta de invitación como turista y una reserva de hotel. Todos, requisitos que le permitirían sustentar una calidad de turista, dado que su real intención era buscar trabajo. "Para sustentar el viaje tuve que vender mi casa en US$ 6.000, y con lo que me sobró arrendé otra y se la dejé a mi mujer para que pudiese subsistir el tiempo que yo encontraba trabajo en Chile".

Este relato es parte de una investigación desarrollada por la Fiscalía Occidente y la PDI, la cual logró la detención de algunos miembros de la banda liderada por los hermanos haitianos. Las pruebas que expuso la fiscal de Alta Complejidad Occidente, Paola Zárate, durante la audiencia de formalización en contra de cinco personas articuladoras en la concreción del delito, dejó en evidencia un entramado que fomenta la llegada irregular de haitianos. El grupo, integrado por distintas agencias y que mantenía trato directo con aerolíneas, logró vulnerar en múltiples ocasiones la ley migratoria.

Las indagatorias de este caso se iniciaron a fines de 2016, mismo año en que se produjo una explosiva llegada de haitianos a Chile. Según datos del Departamento de Migración y Extranjería, en 2017 se otorgaron visas a 46.239 ciudadanos haitianos. Una década atrás, la cifra solo era de 949.

Sin embargo, las indagatorias no solo han demostrado el contenido del sobre amarillo ni las gestiones que esta asociación ilícita realizaba a diario. Las decenas de testimonios obtenidos para sustentar la imputación también exponen las circunstancias que motivan la inmigración desde el país más pobre del continente hacia el segundo con mayor ingreso per cápita de Latinoamérica.

"En mi país residía junto a mi madre viuda y mis cinco hermanos. Desde un tiempo a la fecha la situación económica no es de las mejores; por eso, y en busca de mejorar mi calidad de vida, a principios de 2016 comencé a averiguar para tratar de salir de mi país en busca de mejores oportunidades". El testimonio corresponde a Andre Monceus, haitiano de 27 años nacido en Fort-Liberté. En enero de 2017 fue interrogado por la PDI, quienes buscaban antecedentes que permitieran detectar el modus operandi de la banda criminal.

Monceus manifestó su interés de emigrar a dos de sus primos que residían en Chile hace más de un año, quienes le señalaron que en el país había mucho trabajo y se ganaba buen dinero. Un argumento que se reitera en las declaraciones y que motivaron al joven a intentar su arribo al país.

"Mi hermano me dijo que conocía a una persona de nombre Moises Difficile, que me podía ayudar con la compra de pasajes y a obtener todos los documentos necesarios para viajar a Chile", agregando que su hermano, David, residía en Chile y se dedicaba a comprar los pasajes para los haitianos que viajaban. "Tomé contacto con él y este me dijo que me cobraría US$ 1.000 por los pasajes y haría una reserva en un hotel; una vez que llegara a Santiago, le debía pagar", agregó Monceus, quien finalmente arribó al Aeropuerto de Santiago el 7 de julio de 2016. "Al salir del aeropuerto me esperaba mi primo y David Difficile, ya que debía pagarle el dinero acordado. Una vez que salí de la puerta principal, en los estacionamientos, le cancelé los US$ 1.000". indicó.

El sufrimiento y la falta de oportunidades es un motivo que se repite en cada testimonio. Quesny Fils Cherenfant estudiaba ingeniería civil en la Universidad Ruben Le Conte de Puerto Príncipe. "Debido a la mala situación de mi familia, tras la muerte de mi madre, y debido a que ella me pagaba los estudios, tomé la decisión de venir a Chile", detalló.

Tras contactar con Moises Difficile, quien repitió una vez más las gestiones, el 24 de septiembre de 2016 llegó a Chile.

No es el único caso de un joven con aspiraciones profesionales que ve truncados sus objetivos en Haití y cree posible hallar en Chile una salida a su situación. Flex-Alex Joseph residía junto a sus padres y seis hermanos en Fort-Liberté. Durante 2015 estudiaba en la Universidad del Estado Haitiano la carrera de Ambiente y Ordenación Territorial. "Por motivos económicos, luego que mi novia quedó embarazada, me vi en la necesidad de retirarme de la universidad", indicó.

Según continuó en su testimonio, ante la mala situación que lo aquejaba, sumado a la difícil condición económica del país, "tomé la decisión de viajar a Chile, principalmente porque tengo un amigo que me dijo telefónicamente que podía conseguir un mejor empleo y que no era tan difícil adaptarse, puesto a que aquí residían una alta cantidad de ciudadanos haitianos".

Finalmente, Flex-Alex tomó contacto con David Difficile vía WhatsApp. "Me ofreció comprarme los pasajes y enviarme la carta de invitación, previo pago de US$ 1.100, dinero que había juntado durante un tiempo y que también me había conseguido con mis padres", señaló.