"En septiembre de 2017, después de competir en un programa de televisión, un perfil desconocido en Instagram comenzó a mandarme videos de hombres masturbándose, con mi foto al costado derecho, aparentando una videollamada", relata Josefa Barraza (24), ex participante del programa Master Chef, quien añade que esta situación se repitió durante un año y medio: a medida que bloqueaba la cuenta que la agredía, aparecía otra haciendo exactamente lo mismo. Era una pesadilla.
Algo similar vivió la semana pasada Sofía Barahona (24), ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la U. Católica de Chile (Feuc), al recibir agresiones de connotación sexual desde una cuenta anónima de Twitter. Ella decidió tomar las imágenes y hacerlas públicas. "No hay otra manera de condenarlo, porque el agresor crea una nueva cuenta después de ser bloqueado. Es una situación difícil, al igual que el acoso callejero", se lamenta.
Ambas jóvenes se reconocen como víctimas del llamado ciberacoso, un tipo de agresión que varios estudios, incluso la ONU, han calificado lisa y llanamente como violencia de género.
Según el informe que en octubre pasado publicó la Fundación Datos Protegidos, la violencia de género en Internet se da fundamentalmente de cuatro maneras: ataques verbales, acoso y hostigamiento, recepción de contenidos agresivamente sexuales y difusión de imágenes íntimas sin consentimiento. Estas acciones, sin embargo, no están tipificadas como delito en el país, por lo que no pueden ser sancionadas, indica el departamento de Cibercrimen, de la PDI.
El escenario podría cambiar próximamente. Ello, luego de que el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, tras detectar este vacío legal, decidiera impulsar una regulación específica para la materia.
La cartera confirmó que se está elaborando una batería de indicaciones que serán ingresadas este año al proyecto de Ley de Violencia Integral que ya se discute en el Senado, con suma urgencia. Se trata de un articulado que se adapta a las distintas formas de agresión que existen, pues "la violencia contra la mujer evoluciona a medida que la sociedad lo hace. Hace 30 años este tipo de agresión era impensada", indican en el ministerio.
Consultada la ministra Isabel Plá, precisó que la iniciativa en trámite "establece el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia", apoyada, además, en proyectos particulares que tipifican la difusión de imágenes o mensajes con contenido sexual sin consentimiento.
"Nos gustaría mucho que en los próximos meses pueda convertirse en una ley que complemente la legislación que tenemos. Es importante cerrar los vacíos que permiten que queden en impunidad muchas de estas acciones".
En el ministerio aclaran que las indicaciones buscan tipificar ese tipo de conductas, tomando en cuenta los diferentes requisitos jurídicos que se deben cumplir para distinguir "cuál es el bien legal que se trata de proteger". Es decir, la idea es acotar claramente los tipos de ciberacoso para que sean identificables, perseguibles y sancionables eficazmente. "Nuestra finalidad es que sea una figura que pueda ser aplicada por la fiscalía y juzgada por jueces", enfatizan desde la cartera.
Violencia en la web
La falta de tipificación impide no solo saber con qué frecuencia ocurren estas agresiones, que cada día la usuarias de Internet reconocen como recurrentes. Implica, también, que las víctimas se sientan indefensas.
Así le ocurrió a Josefa Barraza, cuando intentó denunciar el acoso vivido ante la PDI de La Florida en junio pasado. A los pocos días, sin embargo, recibió una respuesta de la Fiscalía Sur: la causa se suspendía, pues se resolvió "abstenerse de toda investigación, por no ser constitutivos de delitos los hechos sobre los que recae la denuncia".
Barraza relató que, después de esto, sintió miedo. "Quedé nerviosa porque debía seguir aguantando. Una se enferma, te afecta en la autoestima, en tu seguridad. Aún me da miedo andar por la calle pensando que este ciberacosador puede estar a mi lado y yo no lo sé".
Según la fundación Datos Protegidos, el 88% de las mujeres sufre algún tipo de violencia de género por redes sociales.
Jessica Matus, fundadora del organismo y abogada en Derecho de la Privacidad y la Tecnología de la U. de Chile, dice que "se trata de una violencia de género, por lo que debe ser tratada como tal, pues afecta a mujeres y comunidad LGTBI+ de manera desproporcionada". Aunque lo más grave, apunta, es una doble cifra oscura por la falta de registros y quienes no denuncian.