La ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, se refirió la mañana de este martes a la muerte de Hugo Morales (63), gásfiter que perdió la vida tras sufrir un infarto mientras trabajaba en La Moneda.

De acuerdo a los antecedentes que se conocen hasta el momento, el hecho ocurrió la madrugada del sábado, cuando el hombre trabajaba en una fuga de gas en la casa de gobierno.

El hombre, quien de acuerdo a denuncias de la Asociación de Funcionarios de Presidencia había iniciado sus labores el viernes a las 8:00 de la mañana, sufrió el ataque al corazón a las 3:00 de la madrugada del día siguiente. Aunque fue trasladado de urgencia a la Ex Posta Central, no logró sobrevivir.

En diálogo con Radio Universo, Jara planteó que “este caso tiene que resolverse con una investigación objetiva y rápida, porque sin duda es un caso delicado. Es un caso además que conmueve porque la persona al final perdió su vida”.

Y luego agregó: “Pero se deben conocer con objetividad los antecedentes que nos permitan poder emitir una opinión concluyente”.

La titular del Trabajo apuntó que “la pérdida de un ser querido en cualquier circunstancia es una situación muy dura” y que en este caso “hay que aclarar con mayor razón las causas”.

El fallecimiento del trabajador se produce luego que el 1 de agosto entró en vigencia la Ley Karin, que toma su nombre en memoria de Karin Salgado, TENS que se quitó la vida en 2019, luego de sufrir acoso laboral en el Hospital Herminda Martín de Chillán, Región de Ñuble.

La ley establece un marco legal claro para la prevención y sanción del acoso y la violencia en el entorno laboral en Chile. Esta normativa tiene dos grandes focos o lineamientos: la prevención y la investigación. La prevención está en la lógica de que el empleador despliegue la mayor cantidad de medidas de mitigación y que informe a sus trabajadores de los potenciales riesgos y peligros en estas temáticas.

En ese sentido, la secretaria de Estado sostuvo que “al igual que en este caso, en todos los casos de la Ley Karin, la idea es que tanto aquellos que son acusados como quienes son acusadores puedan tener un espacio en el cual dentro de un marco de confidencialidad y con plazos acotados puedan poner todos los antecedentes sobre la mesa”.

De acuerdo a Jara, no se trata “ni de omitir juicio ni de hacer juicio previo, sino que dejar que el procedimiento funcione”, y además, “hacerlo con claridad y con confidencialidad rápidamente”.