El ministro de Educación, Nicolás Cataldo abordó la movilización que tuvo suspendidas las clases por 77 días en los establecimientos pertenecientes al Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Atacama. En conversación con La Tercera, el secretario de Estado defendió la gestión de la cartera que lidera y reflexionó sobre el rol que cumplió el Colegio de Profesores en las negociaciones.
“El paro de Atacama no tuve mucha posibilidad de evitarlo. No creo que una persona pueda evitar un paro. Tuvimos la mala fortuna de encontrarnos con un conflicto que tenía mucha presión acumulada y de la que no era fácil salir, porque, además, la principal demanda era mejorar condiciones de infraestructura y todos sabemos que eso no se resuelve escribiendo un acuerdo en un papel. Todo eso genera el cuadro de la tormenta perfecta”, sostuvo.
Bajo esa línea, el titular de Educación aseguró que “no es real que no haya habido un despliegue. De hecho, hubo un despliegue muy intenso durante todo el conflicto”.
“Yo estuve en la región. Permanentemente estaba nuestro equipo allá y una serie de elementos que son parte de la gestión del día a día y que no aparece en ninguna prensa. Lo abordamos con un liderazgo en el territorio. Y cuando era necesario involucrarse, nos involucrábamos. Uno mirando para atrás siempre podría identificar cosas en las que podría haberlo hecho mejor, pero las cosas ocurrieron como ocurrieron. Uno tiene que ponderar que le logramos dar una conducción a esa salida”, agregó.
Consultado sobre si las negociaciones podrían haber ocurrido antes de los dos meses que duró el paro, Cataldo respondió que no habría sido posible “porque la disposición del movimiento también era otra. Lo que generó el quiebre es que ellos flexibilizaron su postura, porque nosotros estábamos avanzando todo lo rápido que se podía”.
En ese sentido, el jefe de la cartera se refirió a las negociaciones con el Colegio de Profesores, que en un principio culminaron con el acuerdo de que se volvería a clases el lunes 20 de noviembre, lo que no finalmente no sucedió debido a que el gremio acusó que el Mineduc no cumplió con lo pactado. “Las razones no eran las adecuadas. Yo creo que ellos también hicieron esa reflexión, porque el acuerdo era el retorno el 20, asumiendo que las obras iban a continuar en paralelo. Cuando comienzan a cuestionar que las obras todavía no estaban terminadas efectivamente se reparte la condición del acuerdo”, afirmó.
En relación a su opinión sobre el rol que desempeñó el Colegio de Profesores durante este tiempo, Cataldo aseveró que “si ellos deciden paralizar actividades por la razón que sea, justificada o no, lo van a hacer. Y no hay forma de coaccionarlos en esa acción. Obviamente el sistema tiene mecanismos, como que si no hay clases no se paga subvención y si no hay subvención no hay sueldos. Pero lo relevante es que el Magisterio hoy exacerba el uso de una herramienta que es de última ratio, que es la paralización. Yo puedo estar de acuerdo incluso con el fondo de las demandas y distanciarme del mecanismo de ejercer presión cuando se llega al paroxismo en una movilización que se extiende por demasiado tiempo, que termina afectando de peor manera a esos niños. Es bueno buscar un equilibrio entre la legítima demanda y la forma en que eso se expresa. A veces la herramienta termina convirtiéndose en el fin y eso es un problema”.