Hoy el ministro de Educación, Raúl Figueroa, participó de un seminario organizado por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Los Andes, llamado “Retorno seguro a clases: ¿Cómo deben prepararse y comunicar los colegios el retorno a clases de manera segura?”

En el simposio, donde además participaron de forma remota la integrante del comité asesor del Minsal, María Teresa Valenzuela y el infectólogo de la Clínica U. Andres César Bustos, Figueroa expuso el plan del Mineduc para los colegios que puedan retornar a las clases presenciales.

El secretario de Estado reiteró, como ha sido en las últimas semanas, que el retorno debe comprender 3 pilares: seguridad, voluntariedad y gradualidad. Sin embargo, no señaló posibles fechas para el retorno.

“Hay ciertos temas que evidentemente son extremadamente complejos de resolver, pero la dificultad para resolver esos temas no nos puede privar de un necesario debate y de una conversación adecuada para determinar un cauce de acción. El tema de la apertura de escuelas y el retorno a clases es uno de ellos”, expresó Figueroa.

Hablar de cómo se vuelve a clases no significa y no debe interpretarse como una presión o una amenaza por modificar conductas donde, desde el punto de vista sanitario, no es posible hacerlo (el retorno). Sino que debe entenderse como una alternativa real y concreta, que está disponible en algunos lugares y en otros probablemente no todavía, pero que necesariamente deben trabajarse”.

Además, el ministro de Educación reiteró la importancia de las clases presenciales. “Hoy día nadie duda que las clases presenciales son irreemplazables, sobre todo en el sistema escolar. Nadie duda que la suspensión prologada de clases tiene un efecto que es difícil de mitigar. Y fundamentalmente esos efectos están dados en un deterioro en sus aprendizajes, en un incremento lamentable en las brechas de aprendizaje”.

En esa línea, el jefe del Mineduc valoró la experiencia que se ha dado en ese sentido de los colegios que han abierto sus puertas, como en Isla de Pascua o Río Ibáñez. “En aquellos lugares donde se han abierto las escuelas paulatinamente los apoderados van enviando a sus hijos y tienen tasas de asistencia similares a las que tenían en un año normal”.