Tras la aparición del primer caso importado en la región del Maule hace una semana, el administrador apostólico de Talca, el obispo Galo Fernández, instruyó mediante una misiva, con fecha 5 de marzo, a los sacerdotes y diáconos de la región a realizar liturgias “omitiendo el gesto físico de la paz, invitar a los fieles a recibir la comunión con las manos y ofrecer agua bendita solo para uso personal”.
Lo anterior, en línea con las medidas que están implementando los espacios públicos ante la amenaza del coronavirus.
La comunicación de la Diócesis de Talca apunta además a la correcta higiene de manos entre quienes ofrecen el servicio, y la correcta limpieza y ventilación de los templos y salas de reunión que componen las iglesias del Maule.
De igual manera, el Arzobispado de Santiago y la Arquidiócesis de Concepción tomaron medidas en el mismo tenor, aunque aún se permiten las pilas de agua bendita a la entrada de las iglesias bajo una condición: “recambio diario” del elemento.
Con todo, las tres autoridades eclesiásticas hacen un llamado a orar por quienes se han visto afectados por la enfermedad. “Pido que se eleven oraciones por todos los enfermos, en particular por quienes padecen esta delicada enfermedad, por los profesionales médicos que cuidan de ellos y por quienes trabajan para obtener la vacuna que se requiere”, señala al final de la carta el obispo Galo Fernández.