Los encuentros fueron en gran parte reservados. La idea era que los observadores de derechos humanos de Naciones Unidas que llegaron al país a fines de octubre pudieran trabajar libremente, sin aglomeraciones y sin la presencia de periodistas y cámaras.

Aterrizaron cuando habían pasado doce días del estallido social del 18 de octubre y cuando habían aparecido, además, denuncias de violaciones a los derechos humanos, de tortura y de uso desmedido de la fuerza policial. La idea de los cuatro observadores fue dar un aporte desde el punto de vista "técnico" de los hechos acaecidos en el país, reunirse con representantes de varios sectores, clases sociales y orígenes, para después elaborar un informe con recomendaciones, cuya fecha de publicación aún no se conoce. Este informe se trabaja en paralelo a los que además publicarán la CIDH y Amnistía Internacional. 

Además, se espera que dentro de la próxima semana realicen un pronunciamiento público -mediante una declaración escrita-para explicar parte de las labores que se cumplieron durante estos 24 días.

La misión es parte de la oficina de Derechos Humanos de la ONU que dirige desde Ginebra la expresidenta Michelle Bachelet, lugar donde llegarán en las próximas horas para comenzar a elaborar el documento que le entregarán a la Alta Comisionada. Fue justamente ayer cuando se conoció una entrevista de la exmandataria en la que señala que prefiere no emitir ninguna conclusión hasta ver el reporte, pero precisando que los observadores "fueron capaces no solo de entrevistar a muchas víctimas, sino que también a policías y fuerzas militares, por lo que están haciendo un diagnóstico bastante amplio y nosotros daremos recomendaciones posteriormente".

"Yo sí creo, sin embargo, pero es un juicio previo ya que no he recibido el reporte, pero he hablado con el Presidente (Sebastián Piñera) dos veces, yo sí creo que Chile tiene protocolos adecuados en términos de las normas internacionales sobre cómo se usa la fuerza", dijo.

Los encuentros

[caption id="attachment_910633" align="aligncenter" width="600"]

Foto: AgenciaUno[/caption]

En sus primeros días, los observadores se desplegaron en la Región Metropolitana donde sostuvieron un encuentro con miembros del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) -tanto en Santiago como en Valparaíso-, con el ministro de Justicia, Hernán Larraín, y con la subsecretaria de Derechos Humanos, Lorena Recabarren. Según dijo en esa oportunidad el secretario de Estado, el equipo de la ONU además se reuniría esa semana con las carteras de Interior y de la Mujer.

Además, tuvieron un encuentro con el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, y cuatro jueces de Garantía de Santiago: Patricio Souza, Valeria Vega, Cristián Sánchez y Fernando Guzmán. La semana del 4 de noviembre también conversaron con la Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, quien les entregó detalles de situaciones de vulneraciones de derechos a niños y jóvenes en las últimas semanas.

Por esos días también los observadores visitaron el Hospital de Carabineros donde estaban internadas en ese entonces las dos funcionarias policiales que resultaron heridas por una bomba molotov en Plaza Italia.

El pasado 6 de noviembre estaba estipulado que la oficial del Alto Comisionado, Yulia Babuzinha, llegara hasta el Congreso para participar de una reunión con la comisión de DD.HH. de la Cámara, pero la cita no se concretó. Según señaló la oficial a través de un comunicado, la reunión se debía realizar en base a un formato "que se ajuste a la metodología de la misión".

Más tarde ese día, sí sostuvieron un encuentro con el Movilh que habían denunciado con anterioridad diversos episodios de violencia homofóbica cometida por agentes del Estado.