Eran cerca de las 10.30 del 25 de junio de 2016. El propietario de la parcela siete en el sector Los Laureles, en Limache, trabajaba en cercar su predio. Era el tercer día de labores. En un momento decidió tomar un descanso y caminar por el lugar. A la distancia algo arrojado en el suelo le llamó su atención. Con los pasos notó un bulto. Era el cuerpo de Nicole Saavedra Bahamondes (23). La joven estaba muerta, con las manos atadas hacia atrás, múltiples heridas cortopunzantes y golpes. Tenía un ojo morado y rastros de haber sufrido un golpe en la cabeza con un elemento contundente. La autopsia dataría su muerte 30 horas antes del hallazgo y además determinaría que había sido abusada sexualmente. A pocos metros del cuerpo, las huellas de un vehículo.
A los 14 años, Saavedra asumió su homosexualidad. Sus familiares la definen como una mujer reservada, aunque con una vida social bastante activa, que complementaba entre salidas con sus amigos y sus estudios técnicos en prevención de riesgos. El 18 de junio se había juntado con un grupo de amigos, con quienes estuvo durante la noche en una casona abandonada en el sector La Cruz en Limache. A la mañana siguiente fue su última conexión telefónica a las 7.05 h. Minutos previos, junto a dos amigos esperaban en un paradero. Ambos hombres tomaron una micro, mientras ella permaneció a la espera de que pasara la locomoción hacia su casa. Una conversación por WhatsApp con una amiga de Santiago, a quien le relató que había bebido un poco y tenía frío, es el último contacto que se conoce. Desde allí, se cree que permaneció secuestrada y torturada. Siete días después ocurrió el hallazgo de su cuerpo a 40 kilómetros de distancia.
"No hicieron nada"
Cuatro fiscales, dos brigadas investigadoras de la PDI y tres años desde su muerte. Todo ello ha pasado sin que aún se obtengan resultados de los responsables, lo que hace recordar el caso de Fernanda Maciel, la joven que estuvo casi 500 días desaparecida y cuyos restos fueron hallados el 25 de junio, en una bodega donde había sido vista por última vez. En ese caso se detuvo a Felipe Rojas, vecino de Maciel y quien compartió con ella el día de la desaparición.
En la causa de Nicole Saavedra, su prima María Bahamondes es crítica con la investigación. Según cree, no se hizo lo necesario cuando se denunció la desaparición y la joven permanecía con vida. "Carabineros y la PDI no hicieron lo que tenían que hacer. Nicole debería estar viva. Tuvieron días para encontrarla, pero no hicieron nada", dijo.
Pero las críticas no solo apuntan a los días previos al hallazgo. La abogada querellante Silvana del Valle ha cuestionado el actuar del Ministerio Público y la PDI. Dijo que incluso a tres años del hecho aún no se desarrollan diligencias fundamentales para esclarecer el caso. "No se pidió la triangulación de antenas del día del hallazgo. Solo se hizo de manera parcial. El informe de autopsia también necesita una ampliación para conocer desde cuándo comenzó a ser golpeada", señaló Del Valle, quien también cuestionó que se les negara un barrido de muestras de ADN entre conocidos y familiares.
César Astudillo, fiscal jefe de Quillota, es el cuarto persecutor a la cabeza del caso, tras Juan Emilio Gatica, Ymay Ortiz y Ulises Meneses. Durante la permanencia de este último, la familia se tomó la fiscalía. Pero no ha sido la única manifestación. "Funas" en actividades del fiscal nacional y una última protesta durante el Día del Orgullo Gay se suman en los intentos de familias, grupos feministas y de minorías sexuales por exigir resultados.
Pese al tiempo que ha transcurrido, Astudillo espera llegar a la verdad, al considerar que "no puede ser que una persona fallezca, que sea encontrada en la vía pública y no conozcamos a los responsables". Y dijo estar "bastante esperanzado, porque pese al tiempo, este es valioso para dar con los autores". En este sentido, destacó el trabajo previo: "Tenemos los datos del sitio del suceso, del cuerpo de la víctima y ciertas pistas hacia donde buscar. Entonces, podemos circunscribir la investigación hacia los autores. Estamos dirigiendo las pesquisas a la línea más clara y hay evidencias que nos pueden orientar. El tiempo puede ser mayor o menor, pero tengo el compromiso de lograrlo".
Pese al ensañamiento y la posición de la familia, el persecutor aún no confirma que el ataque fuera motivado por la condición sexual de la joven.
Hipótesis
Según fuentes de la investigación, hay al menos tres hipótesis. La primera tiene relación con la violación de una niña de 13 años, meses después de la muerte de Saavedra. La menor logró sobrevivir y el responsable está en prisión. Hay similitudes entre este caso y el deceso de la joven lesbiana. La niña fue abordada en el mismo paradero y a una hora similar. Estuvo amarrada y padeció heridas similares. Sin embargo, no se obtuvo coincidencia en los análisis del ADN del agresor.
La segunda opción apunta a cercanos de la joven. Las indagatorias han asumido la tesis que mientras esperaba micro, la joven se habría subido a un vehículo de gente conocida.
Una tercera hipótesis tiene relación con la señal del teléfono de la víctima y su conexión a redes sociales. Pese a que el móvil fue el único elemento personal que nunca se logró encontrar, semanas después de la muerte se detectó una conexión a Facebook desde la Región Metropolitana.