Lejos de ocupar el primer lugar en temas académicos, hoy los escolares chilenos se encumbran en lo más alto de América en consumo de marihuana, cocaína, pasta base y tranquilizantes sin receta médica.
Mientras la juventud chilena vive esta realidad, Islandia exhibe al mundo sus logros en esta materia y servía de ejemplo para otros 22 países del orbe. En 1997, un 17% de los menores de edad del país nórdico habían consumido marihuana una vez en su vida. Tras 10 años, esa cifra disminuyó a un 7%. El avance fue calcado en el caso del alcohol y el tabaco, disminuyendo desde el 42% y 23%, al 5% y 3%, respectivamente.
El responsable islandés fue el plan Planet Youth, una política pública basada en el fortalecimiento de los contextos de desarrollo ambiental, sociocomunitario y familiar, que es aplicado por la Universidad de Chile desde 2018 en seis comunas, lo que motivó el involucramiento del gobierno, que lo hará una política nacional.
Al igual como lo hicieron países como Portugal, España, Francia e Italia, Chile tomará la experiencia islandesa y aplicará el modelo a través del denominado programa "Elige Vivir sin Drogas". Será el primer país americano en aplicarlo.
El programa
La iniciativa fue presentada este lunes por el Presidente Sebastián Piñera, quien a través de una cadena nacional indicó que este programa "se enfoca en prevenir el consumo de drogas en niños, niñas y adolescentes, sobre la base de un diagnóstico profundo y preciso de cada comunidad escolar y también sobre el diseño de una estrategia especial y apropiada para cada una de esas comunidades escolares".
La Tercera conversó con Paula Donoso, pediatra y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y parte del equipo de especialistas pioneros en la implementación del modelo en Chile. Según explicó, el primer paso de la intervención comienza con una encuesta a escolares y la posterior evaluación de los resultados junto a cada comunidad.
Donoso indicó que tras esta primera fase se plantea la ejecución de los tres pilares de intervención identificados por los islandeses. El primero, dijo, es el "uso del tiempo libre protegido, guiado y supervisado". En este sentido, señaló, "el modelo plantea que el joven pasa mucho tiempo sin acompañamiento. No es lo mismo jugar un partido de fútbol con los amigos y luego beber cerveza, que practicar el deporte en compañía de un entrenador que determine las pautas y supervise".
En segundo término se encuentra el rol parental, un aspecto "tremendamente relevante" indicó la académica. En este sentido, planteó que es necesario que los jóvenes "al menos estén una hora al día con los padres compartiendo". Por último, explicó, "se debe transmitir a los jóvenes que deben esperar para consumir drogas y alcohol hasta al menos los 18 años", debido al daño que genera en etapa de crecimiento.
Según la pediatra, los resultados que el modelo ha logrado en diferentes ciudades del mundo permiten tener expectativas de su implementación en Chile. Aunque remarcó en un aspecto: "Es un éxito a largo plazo, no es de un día para otro".
Uno de cada tres escolares chilenos afirmó haber consumido marihuana el último año.