Cuando la PDI allanó la casa del fiscal Sergio Moya se encontraron celulares y dos discos duros, todas pruebas que corresponden al caso de corrupción de los jueces de la Corte de Apelaciones de Rancagua. Los hallazgos dejaron al descubierto eventuales vulneraciones a la cadena de custodia de evidencia perteneciente a una causa en investigación.

Las posibles irregularidades podrían derivar en un tercer sumario en contra del fiscal Moya.

Hasta el momento el persecutor acumula dos investigaciones administrativas. Una de ellas indaga las reuniones que sostuvo Moya con parte del Alto Mando de Carabineros en medio de la Operación Huracán. Este sumario fue abierto en marzo por Arias, a petición del fiscal nacional Jorge Abbott, y lo instruye el fiscal adjunto jefe de Pichilemu Rodrigo Troncoso.

El segundo sumario se abrió en abril, luego de que el suspendido fiscal regional de O'Higgins denunciara posibles faltas al principio de probidad de Moya al hacer pública por la prensa la denuncia que hizo en su contra. Este segundo proceso lo instruye el fiscal de Rancagua Mauricio Maturana.

Fuentes del Ministerio Público señalan que el hecho de que Moya tuviera celulares y discos duros en su casa son de tal gravedad que podría derivar en la apertura de un tercer sumario. La decisión de abrir otra investigación administrativa está en manos del fiscal Metropolitano Sur, Héctor Barros, ya que es él quien tiene asignada la causa por corrupción de los ministros de la Corte de Rancagua.

Con tres procesos administrativos paralelos, la situación de Moya se pondría cada vez más complicada. De hecho personas ligadas al caso comentan que ha aumentado la presión para que el persecutor sea suspendido de sus funciones, misma medida preventiva que se tomó en el caso de Arias.

Para que se haga efectiva la suspensión, esta tiene que ser solicitada por alguno de los fiscales sumariantes y la decisión le corresponde ser tomada por el fiscal adjunto jefe de Santa Cruz, Gabriel Meza.

En medio de todo este complejo escenario, Moya solicitó al fiscal nacional dos semanas de vacaciones, las cuales se extenderán hasta el 3 de junio.