Multigremial de La Araucanía advierte sobre aumento de atentados incendiarios durante el estado de excepción

Seis máquinas y cuatro camiones destruidos fue el saldo que dejó el último ataque incendiario en el sector La Arcadia de Angol, en la Región de La Araucanía. El hecho ocurrió justo en la antesala de lo que podría ser la cuarta renovación al estado de excepción en la zona, el cual se extiende, originalmente, desde el 17 de mayo.

La medida -implementada en La Araucanía y el Biobío- ha sido una herramientas eficaz al momento de controlar el alza, en general, de la violencia rural en la zona. Según datos de la Multigremial de La Araucanía, al compararse tres meses sin estas medidas excepcionales, con otros tres meses en que se enviaron tropas de militares a resguardar las carreteras, se advierte una baja de un 5% en la cantidad de hechos de violencia rural registrados en esa zona.

Esta tendencia es la esperada, comentan desde la asociación, no así otro de los datos que se revelan: “Resulta muy preocupante el aumento de los atentados incendiarios por primera vez desde que empezó a regir el estado de emergencia ‘acotado’”, se lee en el último estudio elaborado por esta instancia, que agrupa a ocho gremios productivos de la zona.

El aumento de hechos de este tipo -según sus cálculos- es de un 6%, pasando de 67 ataques incendiarios, entre el 14 de febrero al 16 de mayo, a 71 entre el 17 de mayo y el 16 de agosto. “El estado de emergencia ‘acotado’ necesita ser revisado y pasar de un enfoque de mucha mayor proactividad para desarticular los grupos violentos y redes delictuales, donde nuestras Fuerzas Armadas no solo tengan facultades de proteger las rutas, sino todo el territorio”, explica a La Tercera Patricio Santibáñez, presidente de la multigremial.

En la Región de La Araucanía se produjo, además, un alza en actos de violencia: de 74 a 79. Sin embargo, en la Región del Biobío disminuyeron, pasando de 77 a 54 eventos. Aunque el estudio de la Multigremial detectó otra tendencia: el desplazamiento en la ocurrencia de delitos hacia la Región de Los Ríos, que también es parte de la denominada Macrozona Sur y que, sin embargo, no ha sido objeto de medidas excepcionales.

“Se observa un desplazamiento de los hechos de violencia a aquellas zonas contiguas fuera de estado de emergencia. Especialmente preocupante es la Región de Los Ríos, con un aumento de un 120%, y lo ocurrido con la Región de O’Higgins (dos hechos de violencia en una semana)”, se lee en el análisis.

Lo ocurrido en Los Ríos no es una sorpresa para el Ejecutivo. El 20 de julio, el Ministerio Público, a través del fiscal regional de la zona, Juan Agustín Meléndez, le entregó al subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, las cifras que mantienen en alerta a las autoridades regionales: hasta ese entonces se habían registrado 53 eventos de violencia rural en seis meses.

A pesar de estas observaciones, el gobierno finalmente terminó por descartar el estado de excepción en esa zona. “No vamos a extender el estado de excepción a la Región de Los Ríos, y vamos a seguir continuamente evaluando, trabajando, nos vamos a desplegar en las distintas regiones y particularmente en Los Ríos”, dijo el 11 de agosto la ministra del Interior, Izkia Siches.

Según los datos de la Multigremial, en Los Ríos, entre el 14 de febrero y el 16 de mayo, ocurrieron cinco eventos de violencia rural; en tanto, entre el 17 de mayo y el 16 de agosto, esta cifra se elevó a 11. “Se debe extender el estado de emergencia, sin limitaciones, a la Región de Los Ríos. Si el terrorismo avanza a otras regiones es porque el gobierno perdió el control de la seguridad en el sur de Chile”, señaló Santibáñez.

Pero en el gobierno no ven una necesidad imperante de esta extensión. Al menos, así lo reconoció esta mañana la propia ministra Siches en el Congreso, donde aseguró que “nos pareció que efectivamente el porcentaje es muy inferior a lo que estamos viendo en La Araucanía y Biobío. Hablamos de 700 eventos versus cinco, son diferencias bien abismantes”. De todas maneras, añadió que es una medida en constante evaluación.