El domingo, la exjefa de campaña de Heraldo Muñoz, Natalia Piergentilli, fue ratificada como presidenta electa del PPD. Hoy, a la espera de asumir su cargo, la exsubsecretaria de Economía aborda los desafíos que le tocará enfrentar como líder de un partido que aún no se logra recuperar del todo de su última crisis electoral.
Por eso mismo, Piergentilli pone algunos puntos sobre la mesa, como que espera mantener el número de parlamentarios que hoy tiene la colectividad. Además, se refiere a la situación que aqueja a su partido y de los apoyos que algunos dirigentes le han entregado a Yasna Provoste (DC), en desmedro del respaldo oficial que dio el PPD a Paula Narváez (PS).
¿Cómo ve todos los desafíos que le tocará enfrentar?
Esta es la primera vez que asume una presidenta del PPD que no es parte de la generación fundadora del PPD. Yo vengo de una generación distinta, de una generación que mayoritariamente es su primera militancia, que era todavía muy joven para cuando se crea el PPD, que asume esa épica, pero que también asume que el PPD no puede quedarse en lo que fue, o en lo que contribuyó, sino en lo que tiene que hacer para adelante, y en ese contexto, efectivamente estamos preocupados de la parlamentaria, de apoyar y ser un partido apoyo y garante en la consulta del 21 de agosto, pero también de dar un giro que no solo tiene que ver con restaurar la imagen del PPD ante la ciudadanía, sino también ante los propios militantes.
¿Cómo se recuperan electoralmente?
Por eso es tan importante lo que decía sobre la democracia territorial, porque es distinto instalar figuras o rostros en distritos a que haya personas que a lo mejor son anónimas en la opinión pública o en la prensa, pero que han hecho un trabajo de base importante que le da legitimidad y la capacidad de representar legítimamente los intereses de esa comunidad política. La idea no es buscar nombres por buscar nombres. El problema del PPD no es la falta de ideas ni de proyectos, ni de causas, es que tenemos una crisis en el mensajero. Rostros muy desgastados, errores que se han cometido.
¿Hay una meta respecto de la parlamentaria?
Ojalá mantenerlos, porque este trabajo que pensamos hacer va a dar frutos en el mediano plazo. Y está bien que así sea, los procesos llevan tiempo, y los procesos serios llevan más tiempo. Mi desafío mayor es que los ciudadanos vuelvan a confiar en nosotros como depositarios de causas.
¿No es contradictorio plantear un recambio si está sobre la mesa llevar a Rodrigo Peñailillo como senador?
Cuando hablo de rostros no quiero hacer esta dicotomía de viejos y jóvenes. No. Y en el caso de Rodrigo Peñailillo, como partido tomamos ciertas definiciones de estándares éticos. Por ejemplo, una persona que haya tenido problemas de violencia intrafamiliar no va a poder ser candidato por el PPD. O que haya tenido condenas por algún delito, tampoco va a poder serlo. Quien sea deudor de pensión alimenticia tampoco. Esas son condenas ciertas, y Rodrigo tiene en algún sector juicios éticos.
¿No se podría poner en riesgo la imagen del partido?
Él no tiene ningún conflicto ni con la justicia, ni de otra índole. Puede que su actuación como ministro haya sido evaluable para algunos, sí. Si la Región del Biobío quiere llevar un elenco donde está Rodrigo Peñailillo, es una decisión soberana de la región.
¿Cuánta participación espera en la consulta ciudadana?
La verdad es que no me atrevo a decir una cifra, pero no porque si digo algo muy sobredimensionado, después… Las últimas participaciones electorales, ya sean primarias o el plebiscito, han sido tan impactantes en todos los sentidos, que la verdad es que no me atrevería a decirlo.
¿Hay posibilidad de acercarse a los números de Apruebo Dignidad?
En la medida que sea interesante el debate que construyamos, que dentro de una misma rama o de una misma mirada ideológica haya ciertos matices o personalidades, mientras más atractivos sean los debates, cómo se socializa el programa de gobierno y las propuestas que se tiene, mayor va a ser sin duda la convocatoria o el incentivo de las personas a manifestarse.
En el PPD se abrió un debate y algunos han, públicamente, manifestado su apoyo por Provoste. ¿Hay falta de lealtad de algunos parlamentarios?
En mi campaña interna he constatado que hay dolor de la militancia por la bajada de nuestro candidato. Entonces, aún cuando el PPD institucionalmente en sus órganos colegiados definió apoyar a Paula, hay algunos compañeros que legítimamente son disidentes de ese acuerdo. Se ve más porque son parlamentarios algunos, se nota más y pareciera que es un guerra fratricida porque en un sector está el senador Quintana y en el otro Carolina Tohá, pero ellos para nosotros son un militante más y nuestro consejo por aclamación decidió apoyar a Paula Narváez, y ese es un compromiso institucional que voy a mantener.
¿Pero en la práctica, hay libertad de acción?
Ese consejo en que se tocó el tema no podía tomar resoluciones por su carácter de extraordinario y en ningún caso se dio libertad de acción, se dijo: entendemos que pese a la decisión institucional haya algunas personas que legítimamente hayan optado por Yasna como candidata. Dicho eso, no dejan de ser opiniones personales, entendiendo que en su minuto había socialistas por Jadue... estas cosas pasan y no quieren decir que hay deslealtad. Deslealtad es no cumplir lo acuerdos, y los acuerdos son trabajar en un programa común, en la lista parlamentaria y ser parte del comando de Paula. Los apoyos personales del PPD a Provoste pueden doler, pero no son deslealtades a Paula Narváez.
¿No se va a enviar a nadie al TS por apoyar a Provoste?
No. Porque nunca hemos sido partidarios de eso.
¿Hay preocupación que tras la consulta queden debilitados?
Nos perdimos la posibilidad de haber tenido una primaria y eso fue un error. Estamos reparando ese error, pero la reparación tiene costos y en este caso es que la consulta va a ser autogestionada, y por eso evidentemente va a ir a votar menos gente. No por eso para nosotros es menos legítima la decisión que ahí se tome, pero eso nos deja una gran enseñanza respecto que los mecanismos de participación llegaron para quedarse, que la gente los quiere ocupar y que por ceguera o falta de coordinación, enredo, no aprovechamos ese espacio. Vamos a tener que pagar un costo.
¿La ex Concertación corre el riesgo de quedar como una fuerza política menor?
A mí me pasa como, por ejemplo el otro día, que eso de los 30 años, los 30 pesos. Yo no sé si los líderes que hoy día hacen gárgaras con eso hubieran podido hacer más de lo que se hizo con senadores designados, con binominal y con trabas constitucionales para los temas más de fondo.