Las elecciones presidenciales del pasado domingo 28 de julio en Venezuela han desencadenado una serie de consecuencias para quienes residen fuera de sus fronteras, incluido Chile. La proclamación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela por otros seis años generó el cuestionamiento de líderes y organismos internacionales por la transparencia del proceso, así como el repudio de parte de la comunidad venezolana que se inclinó por un cambio.

En tal sentido, la académica de la escuela de Gobierno de la Universidad Central, miembro de la Red de Politólogas, de la Asociación de Venezolanos en Chile (Asoven) y del Consejo de la Sociedad Civil del Servicio Nacional de Migraciones, Neida Colmenares, quien además lleva 18 años en Chile, no cree que la comunidad venezolana “haya aceptado el fraude, sino que más bien está expectante respecto a las gestiones que están en curso con la esperanza de que se resuelva institucionalmente”.

¿Cómo vio la reacción de Chile y la política chilena frente al proceso eleccionario?

El gobierno de Chile ha respondido muy bien. Muy ajustado a un lenguaje democrático, haciendo uso legítimamente de su rol no, solo diplomático, sino acompañando a los estados de la región en solicitarle a Venezuela que se aclaren los resultados, se muestren las actas y, por tanto, se pueda dar una respuesta a la crisis política e institucional del país. Creo que el Presidente Boric, particularmente. ha estado muy bien. Ha actuado como un demócrata y la comunidad venezolana agradece la posición del gobierno.

¿Cuál es el sentimiento de los venezolanos en Chile tras las elecciones?

Uno percibe en las y los venezolanos una tremenda preocupación respecto a la seguridad de las personas en el país y muy expectantes respecto a la posibilidad de revertir el estado de Maduro. La comunidad venezolana es una que la ha pasado muy mal los últimos años por la crisis política, social y económica de Venezuela. Esos factores explican, en gran medida, la migración hacia Chile.

Protestas en Maracaibo, luego de la elección presidencial.

¿Cuál es el perfil de la población venezolana hoy en Chile?

Es una comunidad que posee altos niveles de vulnerabilidad. Pero también, los últimos años, ha llegado al país otro perfil: adultos mayores, niños y niñas viajando solos, mujeres. Pero sigue siendo una comunidad que tiene un alto porcentaje de nivel de escolaridad, por encima del promedio nacional, y es una comunidad joven que va entre los 35 a los 55 años y, por lo tanto, una fuerza laboral activa, altamente calificada. No es como las primeras olas, como dicen aquí, que llegaban profesionales con algún nivel de recursos que lograron sacar del país y, por tanto, la inserción era un poco más fácil. Hoy es más difícil porque además el contexto migratorio es complejo por el punto de vista cuantitativo y cualitativo, sobre todo porque es una comunidad que llega también a un contexto de pandemia, que es la mayor recesión económica que hemos tenido en las últimas décadas.

¿Es posible que frente al resultado de las elecciones se genere una nueva ola migratoria venezolana?

De consolidarse el fraude de Maduro, que a todas luces significa ya públicamente transparentar que Venezuela entra directamente a un régimen dictatorial, no cabe duda que va a haber un proceso de migración. El perfil de las personas que podrían emigrar es el de una comunidad donde, en general, el 92% de las personas en Venezuela viven en pobreza. Es una sociedad empobrecida, es una sociedad que ha sufrido una crisis económica tremenda, con una salud muy deteriorada.

¿Chile sigue siendo el país de destino ‘favorito’ para poder migrar?

Hay tantas variables en juego que es muy difícil poder decir que vamos a tener ciertos comportamientos. En términos simples, el 84% de las diásporas a nivel mundial vive en América Latina y prácticamente en cuatro países: Colombia, Ecuador, Perú y Chile. Uno sí proyecta que ya hay rutas que se han configurado: hay vínculos familiares que se han establecido, porque Chile tiene un millón de venezolanos. Pero la conversación también puede girar a la inversa. La campaña de María Corina Machado y Edmundo González tenía un componente de cambio, del regreso a casa. De consolidarse la dictadura lo que podemos ver es un efecto inverso. Entonces hay que salir nuevamente de casa y en los procesos migratorios la gente se dirige generalmente donde va a haber seguridad económica, política, pero también los vínculos sociales y familiares.

Si se hubiese reconocido a González Urrutia como presidente, ¿cree que la comunidad venezolana en Chile hubiese retornado a su país?

En Chile más del 50% de la comunidad venezolana es una que tiene cinco años en el país, o sea, sigue siendo relativamente nueva; no cuentan con largas trayectorias y eso facilita la posibilidad de las familias migrantes de decir, ¿por qué no puedo retornar al país en un proyecto convocante? De consolidarse un cambio en Venezuela favorece un proceso de retorno. En la Asociación Venezolana, días antes de la elección, empezamos a levantar información. Y nos sorprendió que al hacerle la pregunta a los venezolanos, sí estaban disponibles y dispuestos a volver a su país, respondieron que sí. Sobre todo quienes ya contaban con una trayectoria de vida en Chile. Eso no significa que se va a ir el millón de venezolanos que tiene Chile, pero sin duda que hubiese significado un fuerte componente en colaborar con Venezuela para el retorno.

¿Cuáles eran sus razones para volver?

Que no podían ser indiferentes ante su país de origen y lo que está pasando en él. También tiene que ver con las propias expectativas de una parte importante de la comunidad venezolana de poder volver, y también por la discriminación. Hemos vivido tiempos con mucha xenofobia, con mucha crisis humanitaria. Entonces también esto es una oportunidad de cambio no solamente para Venezuela, sino también para la región, de poder avanzar hacia un cierto equilibrio y proceso de reconstrucción en Venezuela, de poder descomprimir un poco la crisis que hemos estado viviendo.

Venezuelans living in Panama hold a protest against the electoral results that awarded Venezuela's President Nicolas Maduro a third term, in Panama City, Panama July 31, 2024. REUTERS/Enea Lebrun

¿La comunidad venezolana sufre discriminación?

Lo que muestran los estudios sobre la percepción de la migración en la población chilena es que, efectivamente, durante los últimos dos años ha aumentado la percepción negativa sobre la migración y también de xenofobia. Eso se produce en gran medida porque hay una total vinculación entre la movilidad forzada, la migración y la crisis de seguridad, que si bien son situaciones complejas, la verdad es que son también tratamientos distintos. Hoy se habla de una nueva ola migratoria y de inmediato se asocia con más inseguridad. Y no es así necesariamente. Lo que pasa es que como tenemos instalado que inseguridad, nuevos crímenes y crisis de seguridad tienen que ver con movilidad forzada, la gente legítimamente siente miedo.

¿Cree que parte de esa discriminación se debe a que en los últimos años han ingresado venezolanos ligados al crimen organizado y delincuencia?

Lo que puedo afirmar es que tiene que haber mucha inteligencia institucional por parte de Chile y mucha habilidad en su política pública para proteger las fronteras de estas bandas criminales. La preocupación por la seguridad de la frontera tiene que estar acompañada por los despliegues de los organismos internacionales y las ayudas humanitarias, por si que se produce ese flujo, podamos canalizar la respuesta de una perspectiva de derecho.