Este jueves, el chileno Nicolás Zepeda, quien está acusado del asesinato de su exnovia de nacionalidad japonesa, Narumi Kurosaki, habló en el primer interrogatorio en el juicio en Francia sobre su último encuentro con la joven: “Fue bonito”. Además, dijo que ella estaba viva cuando él la dejó. Este proceso se prolongará hasta el 12 de abril, según el programa oficial del juicio.
Nicolás Zepeda (31), es ingeniero comercial y está acusado de haber acabado con la vida de Kurosaki, que tenía 21 años en ese entonces. La joven desapareció el 4 de diciembre de 2016 y su cuerpo nunca fue encontrado. Por estos cargos, podría enfrentarse a la cadena perpetua.
En esta tercera jornada, el acusado fue sometido a un primer interrogatorio sobre los hechos entre el 4 y el 6 de diciembre de 2016, cuando se reencontró con su expareja en Besanzón, en el este de Francia, donde la joven se encontraba estudiando el idioma, poco antes de que esta despareciera.
Según Zepeda, fue “un bonito reencuentro” porque ambos eran “dos personas que se querían hablar”.
De acuerdo a la investigación y el relato de Zepeda, ambos cenaron juntos la noche del 4 de diciembre en “La Table de Gustave”, un restaurante a 25 kilómetros al sur de Besanzón y luego fueron a la habitación de la joven en una residencia universitaria, donde intimaron. Allí habrían permanecido hasta la madrugada del 6 de diciembre, cuando él dejó la habitación, dejándola en perfecto estado de salud, según relató el acusado.
“Hay un momento de cariño, de afecto (...), una encadenación de sentimientos que creo que es normal”, declaró Zepeda.
Según su declaración, él y la joven tuvieron relaciones sexuales en dos ocasiones y “antes de cada relación sexual”, ambos se ducharon. Sin embargo, el fiscal, Etienne Manteaux, señaló que, cuando la policía allanó el cuarto del hotel, “en la habitación no había ninguna toalla de Narumi”.
“No puedo saber lo que pasó luego de que yo partiera”, se limitó a responder el acusado. Además, cuando fue consultado por la abogada Sylvie Galley, que representa a la familia de Kurosaki, si este mentía, Zepeda respondió: “Yo no tengo la intención de mentir, intento hacer lo correcto siempre”.
Cuando el otro abogado de la parte civil, Randall Schwerdorffer, le preguntó por qué no había vuelto a contactar con la japonesa después del 6 de diciembre, tras haber pasado con ella “30 horas de pasión”, el acusado dijo que “si usted quiere insinuar que yo no me preocupaba (por Kurosaki), se equivoca”.
Este jueves por la tarde, Zepeda insistió de nuevo en que la ruptura de ambos, ocurrida en otoño del mismo 2016, había sido “gradual”. Esto, es una visión distinta a la presentada durante la mañana de este martes por varios testigos en el juicio, que aseguraron que Kurosaki tenía “miedo” del chileno y que “la separación no transcurrió bien”.
“Después de que se separaran, ella tenía miedo de él”, porque Zepeda controlaba a su exnovia por Facebook, declaró desde Tokio por videoconferencia, Kaori Nishida, una funcionaria de 27 años que estudió con la joven en el Centro de Lenguas Aplicadas (CLA) de Besanzón, en el este de Francia, en 2016.
Según la testigo, durante una fiesta organizada por los estudiantes a finales de noviembre de 2016, la víctima contó que Zepeda “había pirateado su cuenta de Facebook”.
Otra compañera de Kurosaki en aquella época, Miharu Kimura, también apuntó en su declaración que la joven “tenía problemas” porque el acusado seguía sintiendo un “apego” hacia ella “muy persistente” y que le había dicho que “iba a venir a verla” a Francia.