A menos de un mes de que se cumplan nueve años desde la tragedia provocada por el terremoto y maremoto ocurridos el 27 de febrero de 2010, el proceso de reconstrucción aún no termina. Luego de la catástrofe, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) catastró un total de 224.092 familias afectadas. Casi una década después, 99,8% de ellas ya cuenta con una solución habitacional terminada (223.678).
La cifra restante se encuentra en ejecución, aseguran desde la cartera. Son 413 hogares asociados a viviendas que están siendo construidas, y solo una de ellas aún no inicia la edificación. "Esperamos que en las próximas semanas se pueda partir con esa obra", señala el subsecretario de Vivienda, Guillermo Rolando.
Estrategia contra la catástrofe
En la época inmediatamente posterior al terremoto, Rolando era jefe de la División de Política Habitacional del ministerio y fue uno de los encargados de llevar adelante el plan de reconstrucción. La primera decisión, relata, fue pedir a los municipios que se hicieran cargo de realizar un catastro de los daños.
A fines de marzo "le presentamos el plan al Presidente (Sebastián Piñera, en su administración anterior) y la primera semana de abril se hizo público", rememora.
Se trabajó en distintos ejes: desde el punto de vista administrativo, se constituyó en el ministerio un equipo con dedicación exclusiva a la reconstrucción. En cuanto a las obras, se efectuaron reparaciones en distintos formatos constructivos e incluso se entregó una tarjeta informativa en las ferreterías, de manera que los mismos habitantes pudiesen reparar daños menores en sus viviendas. Cuando se trataba de desperfectos mayores, una empresa se hacía cargo de repararlos.
Uno de los énfasis planteados entonces por las autoridades fue que las familias pudiesen volver a vivir en los mismos lugares, "siempre que no fueran zonas de riesgo", puntualiza Rolando.
Hoy, desde su oficina en la subsecretaría, hace un balance. "Nueve años después, y por pocos casos que sean, el que todavía estemos en fase de reconstrucción por supuesto que lleva a hacer una autocrítica", admite.
En este plano, pasa revista a dificultades constatadas en terreno, como los problemas de suelo al reconstruir o incongruencias en la propiedad de los terrenos donde se emplazaban las viviendas.
En tanto, al día de hoy, de las 413 viviendas que se encuentran en construcción, 321 tienen un avance del 80%. Las restantes 92 corresponden a un proyecto en Coronel, en la Región del Biobío.
Daños tras las obras
La reconstrucción de viviendas no ha estado exenta de inconvenientes. El subsecretario informó que hay tres proyectos afectados por humedad: Alto de Coronel, en Coronel; Mirador del Pacífico, en Talca, y Bosques de Placilla, en Valparaíso. "No están afectadas todas las unidades" en cada conjunto, señaló la autoridad.
Trabajos urbanos
La reconstrucción no se enfocó solo en vivienda, sino también en zonas urbanas afectadas por el terremoto. Así, se realizaron propuestas de obras de mitigación, mejoras en diseño urbano e infraestructura, recurriendo a la participación ciudadana.
De esta manera, se llevó a cabo un total de 220 iniciativas, de las que 210 (95,5%) están terminadas, siete se encuentran en ejecución (3,2%) y tres se mantienen en distintas etapas previas a la contratación (1,3%).
Este año el ministerio se comprometió a dar término a cinco obras, alcanzando 97,7% de la cartera, y a dar inicio a las tres faltantes.
La última casa que falta por reconstruir
Vichuquén, situado en la Región del Maule, fue uno de los puntos más castigados por la tragedia del 27F, cuando casi el 80% de sus inmuebles sufrió daños. Hoy el casco antiguo de la ciudad, con sus casonas de adobe, luce casi totalmente reconstruido; salvo por una casa: la de la familia Calquín Hevia. Ubicada en la calle Comercio, se convirtió en la última vivienda en Chile cuya reconstrucción sigue pendiente y sin iniciarse.
Su actual propietario, Luis Calquín Hevia, dice que tras el sismo pensó que el añoso inmueble nunca más podría ser habitado. "La casa primero fue correo, luego albergó la escuela primaria de Vichuquén y finalmente la compró mi padre. En ella crecí junto a mis dos hermanos", rememora.
Añade que uno de sus hermanos, José Calquín, había conseguido un subsidio de reconstrucción aportado por el Serviu. Como era insuficiente para costear toda la obra, pensó en postular al aporte que hizo en esa época la minera Barrick. Sin embargo, José falleció y no se pudo completar el monto necesario. "Yo veía cómo las casas de mis vecinos comenzaban a ser reparadas y después quedaban lindas, porque se hizo un trabajo de joyería con ellas. Mientras tanto, la mía sigue deshabitada", se lamenta.
El problema reside en que para reconstruir una casa patrimonial, primero se debe contar con la aprobación del Consejo de Monumentos Nacionales. "Esperamos que en las próximas semanas se pueda partir con estas obras", indicó el subsecretario de Vivienda, Guillermo Rolando.
Por su parte, el alcalde de Vichuquén, Roberto Rivera, destacó que la casona "por fin va a poder sumarse a este casco histórico maravilloso que tiene nuestra comuna".