Poco más de tres años han pasado desde el regreso a Chile del sacerdote Gerardo Joannon Rivera, quien en abril de 2015 fue enviado por la Congregación de los Sagrados Corazones a Merlo, Argentina. Esa decisión -que en rigor era un castigo- se tomó luego de una indagatoria llevada a cabo por la propia entidad religiosa, la cual determinó que el religioso "participó activamente" en al menos dos casos de adopciones irregulares, sucedidas en el país entre los años 70 y 80.
El tema fue controvertido y estalló a fines de 2014. Ese año se comenzaron a suceder denuncias de casos de menores que teóricamente habían fallecido al nacer, pero que en realidad estaban vivos y fueron entregados clandestinamente a otras familias. Algunos casos apuntaron a Joannon, quien por aquel entonces era párroco de La Anunciación, en Santiago, como supuesto articulador de un número de "entregas".
Sin embargo, una investigación hecha por el Vaticano arrojó que no existió delito canónico, mientras que la justicia civil sobreseyó la causa por estar prescrita, ya que los presuntos hechos ocurrieron entre 1975 y 1983.
Joannon, de todos modos, fue sancionado y partió a Argentina. Se buscaba "que nuestro hermano comience un proceso de conversión y logre una distancia, que le permita una toma de conciencia más lúcida de lo vivido", expresó en ese momento la congregación.
Pero su regreso al territorio nacional fue antes de lo previsto y controvertido. Ocurrió a fines de 2015. El religioso tomó sus cosas y, sin preguntarle a nadie, senci- llamente se devolvió. Y lo hizo específicamente a la diócesis de San Felipe, en la Región de Valparaíso, debido a la enfermedad que presentaba un familiar muy cercano, según las palabras que el propio Joannon dio a La Tercera, en marzo de 2016.
Ahora, sin embargo, todo volverá a cambiar en el horizonte del cura, quien se encuentra ad portas de salir de esa diócesis y retornar a la Congregación de los SS.CC. En el Obispado de San Felipe se informó que "la diócesis no renovará su permanencia y, en un proceso de discernimiento realizado entre la Congregación de los SS.CC. y el padre Gerardo, de mutuo acuerdo se ha decido que él regrese a la congregación".
Historial conflictivo
Hasta ahora, el sacerdote se encuentra acogido por la diócesis de San Felipe, luego de que su exobispo, Cristián Contreras Molina, lo recibiera. Se trata del prelado que el 21 de septiembre pasó "a retiro", luego de que el Papa Francisco le aceptara la renuncia, en el marco de la crisis por casos de abuso sexual dentro de la Iglesia.
Hoy, a sus 81 años, Gerardo Joannon ocupa sus días en las dependencias de la Parroquia San Antonio de Padua, sector El Almendral, en la comuna de San Felipe, donde -según el obispado- reside desde diciembre de 2016 "sin encargos pastorales".
Aquel templo no cuenta con un párroco luego de que falleciera Eugenio Duque, "un padre de lujo, maravilloso, muy humano y cercano", dicen algunos feligreses. Por eso, Joannon es el actual encargado de oficiar misas en aquel lugar los días jueves, viernes y domingo, aunque también se hace cargo de algunos servicios religiosos, como los funerales.
La gente cercana al templo dice que "el padre Joannon es gentil, muy apreciado, y ¿con qué moral lo vamos a cuestionar si todos tenemos tejado de vidrio? Mientras no sea pedófilo, está bien", reflexiona una feligresa que se identifica como Olga.
Otra vecina agrega que "algunos incluso piensan que su labor fue mejor que la que ha hecho el Sename. ¿Qué esperaban? ¿Que tuviera un jardín infantil?".
También hay voces críticas: "La gente no lo quiere, se nota, porque ahora viene mucho menos gente a misa, uno no puede juzgar, pero él tiene su historial", dice Ema Rosario.
En la Congregación de los SS.CC. se informó que "respecto de la situación del sacerdote Gerardo Joannon, él se encuentra, desde diciembre de 2016, con un permiso de ausencia canónico, otorgado por el gobierno provincial de la época; significa que durante todo este tiempo ha vivido fuera de la congregación a la que pertenece. Este permiso finaliza administrativamente el próximo 15 de diciembre de 2018".
Se añadió que "en este tiempo, Gerardo fue acogido por el exobispo de San Felipe, quien le asignó servicios pastorales puntuales en su diócesis. Este último año, en coordinación con su superior provincial, ha sido acompañado espiritualmente por un sacerdote de los SS.CC. y por un psicólogo".
La orden también apuntó que "en vistas del fin del permiso canónico de ausencia, el gobierno provincial está evaluando las condiciones para una reincorporación del religioso Gerardo Joannon a la vida de la congregación, teniendo presente las conclusiones de los procesos por el tema de las adopciones ilegítimas, que se hicieron tanto en el ámbito civil como canónico".
La Tercera se contactó con el propio sacerdote Joannon, pero este declinó entregar mayores informaciones.