El obispo evangélico Eduardo Durán acusó de "envidia" a los líderes religiosos que lo critican por señalar que recibe un diezmo de $ 30 millones.

"La envidia que provoca ser pastor de esta iglesia es muy grande", dijo Durán, según publicó ayer radio Cooperativa.

El religioso es investigado por presunto lavado de activos y el pasado 23 de enero acudió a la Fiscalía de Alta Complejidad Oriente para declarar en el marco de dicha indagatoria.

Los "obispos que han declarado en contra mía han recibido muchos favores míos, pero como el leseo y el apetito de llegar acá es grande, los entierran", agregó.

Luego de que La Tercera revelara en 2017 el alto patrimonio del religioso (es dueño a título personal de ocho autos y 12 propiedades que, según información comercial, tienen un avalúo fiscal de $ 1.152 millones, monto que podría duplicarse si se considera el precio de mercado), el Ministerio Público inicidó una investigación del origen y del monto total de sus bienes, además de su entorno.

Según publico este diario, y de acuerdo a fuentes ligadas al caso, Durán relató que le entrega un poco menos de la mitad a 10 pastores y son para gastos de su iglesia. Indicó que, además, le entrega un poco más de $ 9 millones a su sobrina, hija e hijo. Este último es el diputado Renovación Nacional Eduardo Durán.

Uno de sus críticos, el obispo Bernardo Cartes, líder la Iglesia Metodista Pentecostal de Derecho Público, dijo en la oportunidad que, "en los días en que vivimos, la verdad es que no debiera ser (…). No es ética esa forma de actuar del señor (Eduardo) Durán".