"La renovación de la Iglesia pasa por un cambio total, lo que necesariamente demanda la salida de todas sus autoridades, incluido este obispo".
Con esas palabras, el líder de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, Eduardo Durán Castro, anunció ayer su inminente renuncia como pastor.
Durante este periodo de transición, según dijo el propio obispo, continuará en el ejercicio de los actos administrativos y eclesiales de la Iglesia.
El tema es complejo y a ratos derechamente enredado.
Durante los últimos meses, el liderazgo de Durán ha sido cuestionado por una parte de su feligresía, producto de la administración de los bienes (de hecho, hay una indagatoria penal en su contra, ante un eventual lavado de activos) y también por asuntos sentimentales relacionados con su vida privada.
En medio de este confuso escenario, si bien hay quienes mantienen la lealtad a su autoridad religiosa, otros grupos al interior de la Catedral Evangélica han buscado distintos mecanismos para destituirlo de sus cargos, asegurando que no tiene legitimidad.
Una de estas acciones se llevará a cabo el próximo 1 de junio, en que se convocó a una reunión de la instancia de esta Iglesia llamada Junta de Oficiales Diáconos, con el fin de analizar los hechos de los cuales se acusa a Durán y evaluar si, según los estatutos de la Iglesia, corresponde removerlo.
Para aprobar esta decisión se necesitan dos tercios del quórum, de un total de 28 oficiales diáconos.
En el entorno de Durán afirman que no podrán participar en esta reunión quienes estén renunciados o destituidos de sus cargos. Y sus detractores aseguran que el obispo estaría intentando nombrar a nuevos diáconos para asegurar más votos.
El detalle En medio de todo este proceso, la autoridad informó ayer que justamente destituyó a cuatro diáconos, quienes, a su juicio, "crearon un clima de ingobernabilidad con informaciones inexactas, nacidas de una facción disidente que se coloca al margen de lo estatutario y deja en riesgo la autonomía de la catedral, su circuito y la Iglesia en su conjunto".
También señaló que les aceptó la renuncia a otros 11 diáconos, entre ellos, su hijo Eduardo Durán Salinas.
Más tarde, el pastor Ricardo Fierro, que pertenece a su círculo más cercano, aclaró que la renuncia de Durán se presentará "en un tiempo acotado, donde la legalidad de la Iglesia quede en las manos que corresponde".Es decir, cuando se conforme una nueva Junta de Oficiales Diáconos, que el propio obispo puede designar. Fierro también explicó que la renuncia no es irrevocable.
"En estos momentos él pone su renuncia, pero no con carácter de indeclinable, porque todavía no tiene conformada una Junta de Oficiales. Sin embargo, el ánimo de él es realmente dar un paso al costado".
Ignacio Méndez, abogado de la Junta de Oficiales Diáconos, señaló que "aquí no ha existido renuncia. Nos parece una maniobra, puesto que los miembros de la Junta que él ha colocado generarán su inmunidad e impunidad, que nadie le pida cuentas".