"Yo daría mi vida por Francisco, todo lo que nos ha dicho es para el bien de la Iglesia. Hemos cometido errores, claro que sí, pero yo voy a obedecer lo que el Papa me pida. Él es padre de toda la cristiandad y creo que todos los obispos estamos en esa parada". Esa fue la respuesta del obispo de Rancagua, Alejandro Goic, al ser consultado si cree que la jerarquía de la Iglesia chilena está alejada de lo que profesa el Pontífice.
La consulta se da luego de que los obispos se enteraran a través de la prensa de algunas medidas tomadas por Francisco para abordar los casos de abuso en el clero chileno.
"(Los obispos) le dijimos que nuestros cargos están a su disposición, 'disponga usted', pero de que va a salir algo nuevo de todo esto, no me cabe la menor duda, porque yo creo en Jesucristo", argumentó el prelado.
Goic ofició hoy una misa en la Parroquia Sagrado Corazón, en la comuna de Las Cabras. Justamente el lugar donde el párroco Óscar Zúñiga es uno de los 14 suspendidos por la diócesis de Rancagua tras conocerse la denuncia de conductas impropias y presuntos abusos.
Con todo, el prelado explicó que esta es la cuarta iglesia afectada que visita, y afirmó que espera ir a otras más en los próximos días, siempre y cuando su tiempo y condición física se lo permitan: "Espero visitar todas las comunidades y posteriormente seguir animando a todos los sacerdotes, porque aquí están sufriendo todos", sostuvo.
Respecto a si cree que es hora de que Francisco comience a aceptar renuncias o a concretar las medidas anunciadas, el obispo sostuvo que "el Papa va a dar su decisión en el momento en que él lo considere oportuno, pero a mí me admira maravillosamente cómo el Papa es capaz de discernir, de escuchar, de acoger, para que las decisiones sean lo más justas posible".
Y recordó las tres reuniones que Francisco ha mantenido para tratar los casos de abuso al interior de la Iglesia nacional. Primero con un grupo de 31 obispos en ejercicio -del cual él formaba parte- y tres obispos eméritos. Posteriormente, con tres víctimas del expárroco Fernando Karadima, y este fin de semana con cinco sacerdotes y dos laicos que vivían y trabajaban en la parroquia de El Bosque, en Providencia.
Goic destacó que "ahora envía de nuevo a dos de sus colaboradores más directos en estos temas". Esto en referencia al obispo de Malta, Charles Scicluna y al oficial de la Congregación para la doctrina de la fe, Jordi Bertomeu, quienes viajarán directo a la diócesis de Osorno.
Misa
Durante la misa, que fue oficiada ante un centenar de fieles, el obispo Goic pidió "no juzgar a nadie. Que la verdad brille, que los jueces hagan su trabajo, civiles y eclesiásticos". También pidió orar por las víctimas de abuso, asegurando que "la prioridad la tienen ellas. Veo una comunidad que a pesar de la situación que vive, está unida".
Sobre la situación actual de la Iglesia, Goic dijo que es "una oportunidad maravillosa", y argumentó que lo que desató esta situación "es que hemos perdido el centro".
Más tarde, aseguró que dicha "oportunidad" ha sido bien asumida y afirmó que "si cada uno, empezando por el obispo, reconoce sus errores, también los sacerdotes y los laicos, va a salir una Iglesia renovada, de eso no me cabe la menor duda".
Agregó que "quizás yo no viviré para las renovación de la Iglesia pero tengo la certeza más absoluta que de esta crisis la Iglesia va a salir fortalecida, porque creo en lo que Jesús ha dicho, que Él va a estar con nosotros hasta el fin de la historia".
Por lo tanto, insistió Goic, "este remezón que nos duele, nos avergüenza, como dijo el Papa, pero va a traer un bien inmenso para la Iglesia. Esa es mi fe y esa es mi esperanza, y creo que es la fe y la esperanza de todos los que pertenecemos a la Iglesia Católica".