Por más de cinco horas declaró este lunes, en calidad de imputado, el presidente de la Conferencia Episcopal, obispo Santiago Silva, por un eventual encubrimiento de delitos sexuales al interior de la Iglesia Católica.
La diligencia se efectuó en Rancagua, ante un equipo de Alta Complejidad de la fiscalía regional. Allí, Silva entregó su testimonio en el marco de la investigación al ex capellán de la Fach, Pedro Quiroz, en su calidad de actual obispo castrense y obispo auxiliar de Valparaíso.
Acompañado de su abogado, Luis Arévalo, el prelado llegó a la fiscalía cerca de las 11.00 de este lunes. A su ingreso aseguró a los periodistas presentes que "no tengo nada que ocultar" y añadió: "Vengo a aportar todo lo que se requiere para poder hacer verdad en esta situación de la Iglesia, que tanto nos acompleja y que tanto mal hace".
Pasadas las 17.00 horas, el presidente de la Conferencia Episcopal se retiró del edificio, indicando que "la mayoría de los obispos, de hecho todos los obispos, deberíamos estar en esto, de dar toda la información que se requiere para poder sacar a la luz los delitos, porque dentro de la Iglesia no hay lugar para los abusadores".
Además, se refirió a las víctimas de abusos sexuales, apelando a que "tengan esperanza, que tengan confianza, que nosotros vamos a estar trabajando en esto y estamos haciendo esto". El obispo también negó haberle dicho "mejor que se matara" a un exseminarista que denunció abusos en Valparaíso.