Durante la última jornada, el Ministerio de Salud reportó 23.254 contagios nuevos de coronavirus y 131.408 casos activos. Se trata de una baja notoria respecto a los últimos días: 7.144 infecciones menos que el domingo y una caída en 4.822 casos comparado al lunes de la semana previa.
Y si bien los números confirman la desaceleración de los contagios, las unidades UCI son las que actualmente están recibiendo la mayor carga, pues si hace un mes había 410 personas en UCI por coronavirus, ayer eran 1.005, el 83% de ellos en ventilación mecánica.
Tal como ha sido durante toda la pandemia, son los adultos mayores el grupo que más demanda cuidados críticos y, de hecho, los mayores de 71 años representan hoy el 42% de la ocupación total. Sin embargo, en las últimas semanas las curvas de demanda asistencial han tenido un quiebre, con un notorio aumento en las hospitalizaciones de los más pequeños.
Y así lo denota el registro de internaciones del Ministerio de Salud. Desde marzo de 2020, cuando llegó el Covid-19 al país, un total de 2.488 niños menores de cinco años han sido ingresados a la UCI por complicaciones asociadas al virus.
Y de todas estas hospitalizaciones, el 27% (es decir, 681 casos) han ocurrido este verano, durante enero y febrero.
La incidencia de casos también ha repuntado notablemente en este grupo etario. Mientras en diciembre se registraban 151 contagios por cada 100 mil niños, en febrero la frecuencia subió a 211.
María Luz Endeiza, infectóloga pediátrica y jefa del vacunatorio de Clínica Universidad de los Andes, afirma que la llegada de ómicron sería uno de los factores que explicarían el alza. Pues, desde que comenzó la circulación de esta variante a Chile, hace exactamente tres meses, los casos han subido significativamente. De hecho, el 11 de febrero recién pasado se alcanzó el número récord de la pandemia, con 34.117 contagios confirmados.
A eso se suma que gran parte de los niños menores de cinco años -y, específicamente, aquellos de 0 a 3 años- no tienen la vacuna, pues esta se inocula a contar de los 36 meses.
“La variante ómicron no produce cuadros más graves, pero sí es más contagiosa. Además, parte del grupo de niños menores de cinco años no está protegido. Entonces, se contagian más, y tienen más posibilidades de ingresar a las UCI”, asegura Endeiza.
La vacunación en menores de entre 3 y 5 años empezó a inicios de diciembre, con una población objetivo de 727.115 niños. Pero de ellos, actualmente, solo el 38% tiene su esquema completo.
Además de la alta transmisibilidad de la nueva cepa, Claudio Castillo, académico en salud pública de la U. de Santiago, señala que la falta de inmunización juega un rol importante. “Hay un aumento de los casos y hospitalizaciones en niños menores de cinco años, porque son la población que aún no está vacunada. Y como son la población con menos immunización, porque no tienen la autorización para recibirla, son de mayor riesgo”.
El académico agrega que el mayor impacto de esta variante en los niños no es un fenómeno local, sino que “se está dando en distintos lugares que han sido afectados por ómicron”.
El impacto en las UCI pediátricas
Las unidades generales y críticas de los distintos centros de salud están dando cuenta del aumento en los ingresos de niños menores de cinco años, producto del coronavirus. Eso sí, según relatan los jefes de estas unidades, si bien se dan algunos casos muy graves, el grupo mayoritariamente tiene un buen pronóstico y desenlace.
“Hace ya un par de semanas hay una afluencia importante de niños contagiados con Covid-19, pero no graves. La mayoría de los casos son síntomas respiratorios que van de leves a moderados, el síntoma más común es la laringitis, y en un par de días los niños se recuperan rápidamente”, relata Daniel Apolo, jefe UCI quirúrgica y médica Clínica Indisa, quien agrega que “quedan en UCI quienes tienen mayor compromiso respiratorio, pero también se recuperan muy rápido, y no llegan a la ventilación mecánica invasiva”.
La subjefa de pediatría de la Clínica Alemana, Carmen Gloria Marambio, afirma que la mayor presencia de niños en UCI es algo que no se veía en las primeras olas de la pandemia. Y aunque coincide que los cuadros suelen ser leves, advierte que la hospitalización tiene sus consecuencias: “En los cuadros graves que desarrollan una neumonía grave se ha visto que persisten algunos síntomas respiratorios, pero no específicamente relacionados a la infancia o al Covid-19. A los niños el hospitalizarlos les genera un cambio en su vida diaria y en los más pequeños genera estrés”.
Luis Mallea, jefe de la UCI Pediátrica de Clínica Dávila, señala que quienes llegan a las unidades más complejas no necesariamente son pequeños con comorbilidades o antecedentes médicos, razón que explicaría su rápida mejora: “En general son sanos, lo que pasa es que el virus es más contagioso. Tienen cuadros con síntomas leves, como laringitis con fiebre y muchas veces se hospitalizan para observarlos. No es que tengan enfermedades asociadas, no son como los adultos que llegan a UCI, y por eso evolucionan tan rápido”.
En este escenario, Endeiza recalca la importancia de acelerar la inmunización en todos los grupos: “Es lo único que está protegiendo a los niños de enfermarse y de hacer Pims (Síndrome Inflamatorio Multisistémico) en el futuro. Y para quienes no pueden aún inocularse, la campaña de inmunización igual es importante, porque entre más vacunados hay, más disminuye la circulación del virus, y así aquellos que no pueden recibirla tienen menos posibilidad de contagiarse. Entonces, la vacuna protege directamente a quienes se vacunan e indirectamente a quienes aún no pueden”.