Terremotos, tsunamis, aluviones, incendios, tornados y trombas marinas forman parte de la temible variedad de catástrofes que ha tenido que enfrentar el país en los últimos años. Por ende, una de las preocupaciones de las autoridades reside en aumentar la preparación del país frente a estos fenómenos.

Por ello, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) trabaja en la elaboración de un nuevo Sistema Nacional de Gestión del Riesgo del Desastre. Dentro de ese plan, el organismo envió a todos los municipios, durante el segundo semestre de 2017, una encuesta de autoevaluación en esta materia que hasta ahora ha sido respondida por 171 comunas, de las 346 del país. De las que contestaron, 40% se considera en "alto riesgo" de desastre.

San José de Maipo, en la Región Metropolitana; Licantén, en la del Maule, y Pichilemu, en la de O'Higgins, son tres de las comunas que informaron que están en esa categoría. El alcalde de este último municipio, Roberto Córdova, explica que "hay un tema topográfico que de alguna manera nos perjudica, porque estamos expuestos a tsunamis y, por otro lado, tenemos alto riesgo de incendios forestales".

Su par de Licantén, Marcelo Fernández, señala que en esa zona están expuestos a las crecidas del río Mataquito. "Sumado a eso, estamos rodeados de bosques y en el terremoto de 2010 fuimos afectados por el tsunami", rememora.

En cuanto a las restantes categorías consignadas en la encuesta, 49,4% de los municipios cree que está expuesto a riesgo "moderado" y 10,6% considera que vive en "bajo riesgo". Ningún municipio se ubica en el nivel "mínimo" de amenaza.

Ricardo Toro, director nacional de Onemi, señala que esta autoevaluación es vital, pues "permite discernir qué comunas merecen una mayor atención en el tema de gestión del riesgo de desastres". Agrega que espera que todos los municipios entreguen sus balances durante este año.

Alejandro Valdebenito, presidente del Colegio de Expertos en Prevención de Riesgos, dijo que los datos que maneja esta entidad gremial muestran cifras mayores. "Entendemos que entre 60% y 70% de la población está expuesta a algún tipo de emergencia natural. Hay un tema de conciencia de emergencia. Tenemos una subvaloración de la exposición a estas amenazas", enfatiza.

Condiciones extremas

El desarrollo de esta autoevaluación se realiza a través de una encuesta de 41 preguntas que abarca cuatro dimensiones: ordenamiento territorial, condiciones socioeconómicas y demográficas, gobernanza del municipio y cambio climático y recursos naturales del entorno.

Ese último factor es una de las preocupaciones centrales al interior de la Onemi. ¿El motivo? Durante los últimos cinco años, de las 14 catástrofes más relevantes que han ocurrido en el país, nueve se generaron a partir condiciones meteorológicas (ver infografía).

Así, los aluviones, periodos de incendios forestales, tornados y trombas marinas han ocurrido con mayor frecuencia que los terremotos y las erupciones volcánicas.

El director de Onemi apunta que "la tendencia al alza en la frecuencia y ocurrencia de las amenazas radica principalmente en las meteorológicas, hidrometeorológicas y climatológicas".

A eso se suma, según Toro, que el Informe de Riesgos Globales 2018, elaborado por el Foro Económico Mundial, establece que los riesgos con mayor probabilidad de ocurrencia y de impacto más significativo en el mediano plazo estarán asociados a eventos climáticos extremos.

En concreto, ¿qué significa esta situación? La autoridad advierte que se deben seguir desarrollando nuevas capacidades en mitigación, preparación, monitoreo y alerta temprana. "Una muestra es el proyecto que está desarrollando la Dirección Meteorológica de Chile para fortalecer la red meteorológica en el país" con la adquisición de radares, precisa.

Además, actualmente se encuentra en discusión en el Congreso un proyecto de ley que busca ampliar las atribuciones de Onemi, más allá de la planificación.

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