Luego de 13 meses de investigación, la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SEBV) de Valparaíso logró desbaratar una banda criminal que se dedicaba al blanqueamiento de autos, recuperando 23 móviles, avaluados en $370 millones, que habían sido robados -en su mayoría- mediante violentos delitos que se habían cometido en las regiones de Valparaíso y Metropolitana.
El modus operandi de la organización, liderada por el imputado Álvaro Luna Salinas, adquiría vehículos robados en las ciudades de Santiago, Villa Alemana, Quilpué, Valparaíso, Viña del Mar y Concón, y luego eran ingresados a talleres clandestinos ubicados en las ciudades de Olmué, Quilpué, Viña del Mar y Valparaíso, donde se le extraían sus numeraciones y los motores, mientras que Luna Salinas adquiría placas patentes falsas, correspondientes a vehículos de similares características, para posteriormente vender los autos robados en el comercio informal.
La operación "Ruta norte" se dificultó debido a un sofisticado método de falsificación de placas patentes que fue advertido por personal especializado, en conjunto con la Unidad de Análisis Criminal del Ministerio Público, cuyo fiscal, Maximiliano Krause, precisó que una pequeña diferencia en el grosor de la patente marcó la diferencia.
"Las patentes eran confeccionadas de una manera tan meticulosa, tan bien hecha que a simple vista no era posible distinguir si era verdadera o falsa, tenían materiales de muy buena calidad, la tipografía era prácticamente la misma que utiliza el Registro Civil".
De esta manera, en el transcurso de las diligencias fueron 21 personas las que resultaron detenidas por el blanqueamiento de vehículos, según explicó el capitán Jorge Guzmán, jefe de la SEBV Valparaíso, quien detalló que los imputado "tienen distintos niveles de penetración dentro de la organización. Es una red delictual dentro de la que hay una subcontratación de servicios delictuales asociados a placas patentes, a la documentación, a los autos robados".
Agregó que "estamos hablando de placas patentes bastante complejas en sí mismas, mantienen gran parte de las medidas de seguridad que establece la casa de monedas, lo cual obligó a idear un método de identificación de estas placas", indicó el oficial.
A su vez, el fiscal señaló que la investigación surgió de un análisis criminal que realizó el Ministerio Público, entidad que estableció que la falsificación de patentes "era muy difícil de advertir, solo personal especializado logró detectarla y lo que logramos establecer es un mercado que limpiaba los antecedentes de vehículos robados, no es una clonación tradicional".