"He conversado con el embajador (de Chile en Malasia) para tener un cuadro completo de lo que está ocurriendo", dijo ayer el canciller, Roberto Ampuero, sobre la detención de dos chilenos en el país asiático. El episodio es complejo. Han pasado 274 días desde que Felipe Osiadacz (27) y Fernando Candia (28) fueron privados de libertad tras un confuso incidente en el cual falleció un ciudadano malayo. Ambos esperan aclararlo en un juicio, pero el proceso se ha ido retrasando e incluso podría terminar en la horca.
Desde el 4 de agosto del año pasado, el proceso de los chilenos acusados de homicidio por el fiscal Ketua Pendakwa Raya ha sido aplazado en siete ocasiones. Hace pocos días, el juicio estaba fijado para el 29 de mayo. Ayer, sin embargo, fueron informados de que se reagendó hasta agosto. ¿La razón? Habrían 22 causas atrasadas en Malasia.
Fernando Osiadacz (padre de Felipe) y Maritza Olcay (madre de Fernando Candia) emitieron ayer una declaración pública donde detallaron lo sucedido aquella noche. "Esta situación ocurrió durante el primer día de sus vacaciones, las cuales iniciaban luego de un período en que ambos trabajaron un año en Nueva Zelandia (país donde se conocieron), después de haber finalizado sus estudios en Chile".
A partir del fatal incidente, "este hecho terminó con los sueños y proyectos que ambos tenían, devastando de paso a familiares y amigos, quienes hemos acudido a todas las instancias posibles para traerlos de vuelta a nuestro país". Según familiares, "todo lo sucedido fue en defensa propia".
Felipe Osiadacz, de 27 años e ingeniero comercial, iba a estudiar un magíster en Barcelona, mientras que Fernando Candia, de 30 (chef), "volvería a Chile para crear una empresa gastronómica".
Ambos jóvenes, junto con otro amigo, llegaron de vacaciones a Kuala Lumpur. "Fueron a un bar. Felipe regresó antes y esperó a sus amigos en el lobby del hotel porque no tenía la llave. Mientras Fernando regresaba al hotel, lo siguió un hombre hasta el interior del hostal, donde esperaba Felipe. El malayo "rompió un espejo y los atacó con los vidrios. Entre los dos lograron inmovilizarlo. Felipe de los pies y el amigo (Fernando) sentado en la espalda, mientras pedían al recepcionista que llamara a la policía", detalla un familiar.
Tras aquel 4 de agosto, los jóvenes estuvieron detenidos 15 días en la estación de policía Dan Wangi, frente a su hotel.
Los padres manifestaron que "desde que fueron detenidos, han pasado nueve meses que han sido una verdadera pesadilla para ellos y nosotros; la distancia y las diferencias culturales lo hacen aún más difícil. La angustia, incertidumbre y temor nos han embargado de forma continua".
Durante esos meses, los jóvenes estuvieron incomunicados y durmiendo en el suelo de la prisión de Sungai Buloh, una de las más grandes del continente asiático.
Rubén Parra, quien vivió en Malasia y trabajó directamente con el rey durante dos años, dijo que la prisión de Sungai Buloh "es conocida por tener sobrepoblación y mala comida. No hay camas ni baños".
Frente al homicidio del cual se les acusa a Felipe y Fernando, sus padres dijeron que "queremos enfatizar, con absoluta certeza, que nuestros hijos son inocentes del cargo que se les imputa y reiterar que esto no ha sido más que un terrible accidente que afectó a dos jóvenes que solo iban a disfrutar de sus vacaciones".
El senador RN Francisco Chahuán, quien ha estado en contacto con las familias, señaló a La Tercera que "ya están pedidas las audiencias con el Presidente Piñera y el Ministerio de Interior ". Ademas, añadió que "vamos a pedir una entrevista al expresidente Frei, la cual esperamos concretar la próxima semana".
Frente al aplazamiento de la audiencia de los chilenos en Malasia, la Cancillería estaría gestionando el traslado de sus familias. Ampuero agregó que "la directora consular entregó ayer al embajador de Malasia una nota donde expresamos nuestra preocupación".
Condena de muerte
Cifras de Amnistía Internacional señalan que a 2017 "se impusieron al menos 38 nuevas condenas a muerte preceptivas: 21 por tráfico de drogas, 16 por asesinato y una por disparo de arma de fuego. Cuatro de las personas condenadas a muerte eran mujeres y 12 eran extranjeras, entre las que había 10 personas condenadas por narcotráfico".
El Departamento de Prisiones indicaba que en febrero había 1.122 personas condenadas a muerte, y en agosto aproximadamente 800. Sin embargo, según el informe de Amnistía Internacional, "las cifras reales probablemente son más elevadas".
Según el artículo 304 A del Código Penal de Malasia, el caso chileno se "trataría de una muerte por negligencia que supone pena de cárcel por 2 años y multa". Fuentes dicen que "estos hechos no ameritan una pena como la muerte".b