En cinco años, desde 2015 hasta 2019, al menos 156.259 kilos de droga que estaban alojados en países vecinos tenían como destino Chile. El 87% de estas sustancias correspondía a marihuana y el resto a cocaína y pasta base. Sin embargo, estos narcóticos no alcanzaron a llegar al país, pues investigaciones judiciales realizadas en las naciones de origen lograron frenar estos envíos de droga.

Este es uno de los datos que arrojó el Informe 2020 del Observatorio del Narcotráfico en Chile, que publicó este miércoles la Fiscalía Nacional. En ese documento se detallan los casos policiales internacionales con incautación cuyo destino era Chile. En total, en estos cinco años se han registrado 525 operaciones, de las cuales 98 ocurrieron en 2019.

En el marco de estas investigaciones es que el norte del país se posicionó como la principal puerta de entrada. “Las tres principales regiones que las organizaciones criminales extranjeras utilizarían como punto de ingreso corresponden a las regiones de Antofagasta, Arica y Parinacota y Tarapacá”, indica el informe.

El interés por Chile no ha sido algo menor y ha activado alertas a nivel internacional. El documento de la fiscalía detalla que el informe de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito de 2019 ubicó a Chile “oficialmente en el tercer lugar a nivel americano, como principal origen de la cocaína que llega a Europa, después de Colombia y Brasil”. Todo eso, principalmente, marcado por el auge de las vías marítimas.

Sin embargo, las rutas terrestres siguen siendo un foco relevante. “La vía terrestre es la principal ruta de ingreso de la droga al país desde los países productores, y en segundo lugar es la vía aérea, con ocultamientos de las drogas en equipajes de pasajeros”, explica el coronel Manuel Cifuentes, jefe del OS-7 de Carabineros. Esta unidad ha decomisado durante 2019 y el primer semestre de 2020, 18.612 kilos de marihuana, pasta base y cocaína.

Narcos y crisis social

Otro de los elementos que abordó el estudio fue cómo se comportó el narcotráfico durante el último trimestre del año pasado, en el marco de la crisis social.

Al respecto, el documento señala que “entre los 24.940 imputados durante el estallido (18 de octubre al 30 de noviembre de 2019), poseían antecedentes en el SAF por infracciones a la Ley de Drogas, un total de 2.431, es decir, un 10% del universo. En el período anterior, la participación de estos era de un 18% respecto del total de detenidos por los delitos seleccionados. Es decir, la participación de los imputados por delitos relacionados con los saqueos durante el estallido social, que además poseían antecedentes por infracciones a la Ley 20.000, si bien aumentaron en cifras globales, disminuyeron porcentualmente a casi la mitad”.

El informe también indica que se comunicaron con ambas policías, para determinar si habían podido establecer un vínculo entre organizaciones de narcotraficantes y los saqueos. Ambas instituciones indicaron “categóricamente que no”.

Agregaron, eso sí, que “ello no se contrapone con lo señalado por Carabineros de Chile, en el sentido de que existió una presencia narco numerosa en los saqueos, ya que efectivamente la cifra absoluta de detenidos en el país por este delito y con antecedentes por infracción a la Ley de Drogas en saqueos, en los 40 días anteriores al estallido, y los 40 posteriores, en el país, es ostensiblemente superior: de 780 imputados se pasó a 2.431”.

Al cerrar este punto, se establece que “es posible concluir que si bien pueden existir casos de organizaciones para el narcotráfico que participaron como tales en los saqueos durante el estallido social, no hay antecedentes suficientes para afirmar que su participación fue masiva ni sostenida en el tiempo y probablemente reducida a sus eslabones menores”.

Violencia y laboratorios

Otro de los puntos abordados por la fiscalía es el incremento en la violencia narco en las poblaciones. El director de la Unidad de Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas de la Fiscalía Nacional, Luis Toledo, asegura que “existe un nuevo tiempo en el narcotráfico en nuestro país”. Esto, plantea Toledo, se traduce en un avance rápido de estas bandas que están teniendo “más poder de fuego, más poder de corrupción hacia funcionarios públicos y empresas privadas y con un enfoque claro en drogas sintéticas y el narcotráfico a través del mar”.

El documento también advierte por el incremento de los laboratorios de droga en Chile. Los datos de la PDI indican que entre 2016 y 2019 han desarticulado 74 laboratorios y en lo que va de este año llevan otros siete.

El comisario Patricio Navarro, jefe del Departamento de Sustancias Químicas Controladas de la policía civil, explica que en el país tienen harta experiencia con laboratorios que abultan la cocaína y que en el último tiempo han empezado a surgir más de estas instalaciones asociadas a drogas de síntesis. “Lo que sí ha ocurrido es que a partir de éxtasis puro que viene del extranjero, acá se establece un proceso de manufactura de los comprimidos”, cuenta Navarro. La policía civil el año pasado incautó un total de 1.228.490 dosis de drogas de síntesis.