El 15 de enero comenzó la visita del Papa Francisco a Chile. Un día después, en el Palacio de La Moneda, el Pontífice, en su primer acto oficial, pidió perdón por los abusos cometidos por miembros de la Iglesia y además tuvo una reunión privada en la Nunciatura Apostólica con dos víctimas con quienes "rezó y lloró".

A eso se sumaron las manifestaciones de los laicos de Osorno, quienes pedían la salida del obispo Barros de la ciudad, a quienes las víctimas de Fernando Karadima lo acusan como encubridor de esos abusos. Ante la polémica, Francisco dijo que "no hay una sola prueba en contra (de Barros), todo es calumnia".

Palabras que le valieron críticas y que posteriormente, luego de terminar su visita a Perú, pidió perdón por el daño que habrían generado sus palabras, pero dejó en claro que "el caso se estudió, se reestudió y no hay evidencia. Barros seguirá ahí si no encuentro forma de condenarlo, yo no puedo condenarlo si no hay evidencias".

Pero ayer, Francisco decidió intervenir directamente en la controversia y el Vaticano anunció que el Sumo Pontífice pidió a "Charles J. Scicluna, arzobispo de Malta y presidente del Colegio para el examen de los recursos (en materia de delicta graviora) en la Sesión Ordinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se desplace a Santiago de Chile para escuchar a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen" respecto del caso de Juan Barros. Scicluna tiene vasta experiencia indagando casos de abusos dentro de la Iglesia, dado que estuvo a cargo de la investigación contra Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y ha revisado más de 3.000 acusaciones contra sacerdotes entre 2001 y 2010 (ver nota secundaria).

Medidas

Una vez conocida la noticia, la Conferencia Episcopal (Cech) realizó un punto de prensa para explicar cómo será el trabajo de Scicluna en Chile y señalaron que cuando el Vaticano entregue información sobre su llegada darán a conocer el lugar y la forma en que las personas que tengan antecedentes contra el obispo de Osorno se contacten con Scicluna. Jaime Coiro, vocero de la (Cech), dijo que se darán públicamente "las vías de contacto para pedir una audiencia o entregar una información".

Consultado sobre si se tomará algún tipo de medida especial contra Barros mientras dure la indagatoria del Vaticano, como por ejemplo suspenderlo de sus funciones, Coiro lo descartó. "Hay un nombramiento a un obispo extranjero que viene a Santiago con el encargo específico de conocer los elementos a todas las personas que puedan adoptar sobre la situación de él". Sin embargo, no se ha desestimado que Scicluna se reúna con Barros, algún otro obispo e, incluso, con Fernando Karadima. "La expresión que aquí se está dando es una garantía para que quienes tienen elementos que consideran pertinentes que se conozcan sean recogidos y analizados en una instancia externa, competente y con el pleno encargo del Papa", sostuvo Coiro.

Respecto de la agenda que tendrá el obispo en Chile, Coiro dijo que se "está construyendo con los elementos que él ya ha recibido de las personas que ya han manifestado su voluntad de dar a conocer a la Iglesia y otras que puedan surgir eventualmente"

Explicando que una vez que se reúnan todos los antecedentes necesarios, se establecerá si existen elementos para iniciar una investigación canónica. "En este caso, lo más probable es que los elementos que compendie, pueda evaluarlos y realizar un informe, el cual presente al Santo Padre y a la Congregación para la Doctrina de la fe, si corresponde", dijo.

Luego de que se hiciera pública la designación, el obispo Barros señaló por medio de un comunicado que "todo lo que disponga el Papa lo acoge con fe y alegría, pidiendo a Dios que resplandezca la verdad".

El trabajo del obispo será fundamentalmente en Santiago. Y se espera que durante los próximos días se conozcan más detalles de la visita de Scicluna a Chile, así como su itinerario en el país. De acuerdo a un artículo del Vatican Insider, Scicluna pretender partir "lo antes posible" hacia Chile.

Reacciones

La noticia del Vaticano generó diversas reacciones entre los actores ligados a la Iglesia chilena en la zona donde el prelado ejerce sus funciones.

En Osorno, Juan Carlos Claret, vocero de los laicos de la ciudad, consideró "sorpresivo" el anuncio. En este sentido, dijo que cree que el Papa "decide actuar por presión de los medios más que por el sentir del pueblo fiel". Y aseveró "no confiar que los obispos se investiguen y se juzguen entre ellos, porque uno no sabe cuáles son las lealtades".

Además, Claret indicó que para aceptar ser parte de esta investigación espera que la Iglesia se comprometa en tres aspectos: autonomía, transparencia y bilateralidad. "Queremos que se respete la autonomía del investigador. El Papa dijo que las denuncias eran calumnias. Esperamos que el arzobispo investigador disienta de ello para que las pruebas que se aporten no sean previamente consideradas así", señaló.

Y exigió que las conclusiones de la instancia "no se guarden en un cofre en el Vaticano bajo siete llaves. Esperamos que se dé a conocer una sentencia y que se justifique públicamente".

El sacerdote Peter Kliegel, de la Diócesis de Osorno, calificó como una "muy buena noticia" la decisión de Francisco.

"Como nunca fuimos oídos, realmente es una muy buena noticia. Hace mucho tiempo hemos pedido que alguien nos escuche", indicó.

Para el sacerdote, el sólo hecho que se inicie esta investigación es "maravilloso" e insistió que desde la Iglesia osornina no se busca oposición a Barros, más bien "paz" y "claridad". En este sentido, manifestó su interés por reunirse con el enviado del Vaticano con el propósito de "explicar lo que vivimos y percibimos en la diócesis".

Advierte que "a la credibilidad de la Iglesia no le hace bien lo que vivimos en Osorno (...) se subestimó esta situación".

Para Alejandro Álvarez de Voces Católicas, la decisión de la Santa Sede corresponde a "una señal muy potente que da la Iglesia respecto a la importancia de escuchar a sus fieles. Nos deja muy satisfechos y nos habla de una Iglesia que se preocupa de las víctimas", aseguró.

Según Álvarez, la llegada de Scicluna a un "gesto muy significativo a través del cual el Papa se adelanta y se pone a disposición de todos los feligreses que quieren hacer denuncias y tengan antecedentes".

Añadió que entregar esta información permitirá a Francisco analizar los hechos en su valor "para ver qué es lo que hay respecto a este tema".

La Tercera se intentó contactar con las víctimas de Fernando Karadima, pero no obtuvo respuesta.