“En materia de Liceos Bicentenarios (LB), en el proyecto de Presupuestos del año 2023, se repondrán los recursos no solo para garantizar el pago de todas las cuotas pendientes de los años anteriores, sino que para efectuar nuevas convocatorias, revirtiendo la caída que originalmente se contemplaba”.

Lo establecido en el protocolo de acuerdo del Presupuesto 2023 suscrito entre el Congreso y el gobierno no dejaba mucho espacio a dudas: el programa de LB, al que el gobierno no quería darle continuidad originalmente -idea que luego fue matizando-, debía mantenerse desde este mismo año, lo que se producirá a partir de mayo, cuando se publiquen las bases de la convocatoria para sumar 80 recintos más al programa que ya cuenta con 320 liceos con el sello.

Para responder a esto, el Ministerio de Educación se vio obligado a actuar rápido, sobre todo considerando que en años anteriores se daban hasta 12 meses de tiempo entre la apertura de las normas de postulación hasta el inicio de la implementación de los establecimientos ganadores.

20 DE OCTUBRE DEL 2020. LICEO BICENTENARIO DE VIÑA DEL MAR. FOTO: DEDVI MISSENE

De todo el proceso venidero dio cuenta este lunes el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en una sesión unida de las comisiones de Educación y Hacienda del Senado, donde tras lo acordado en la discusión de la Ley de Presupuesto 2023, se le invitó a exponer lo relativo al programa.

Pero, ¿cuáles son los detalles del llamado para estos nuevos 80 establecimientos educacionales que obtendrán el sello de LB y con ello una buena cuota de recursos económicos y pedagógicos?

El cronograma autoimpuesto por la cartera señala que durante este mes se hará la publicación de bases de convocatoria, que en junio se recepcionarán las postulaciones, en julio será la evaluación y selección, en agosto la firma de los convenios con los liceos seleccionados y en octubre se dará el inicio de la implementación.

En tal sentido, según información a la que accedió La Tercera, los objetivos de la convocatoria y en línea con los desafíos de la reactivación educativa, buscará fortalecer las formaciones diferenciadas Técnico Profesional, Humanista Científico y Artística. A los establecimientos que apunten a esta última, de hecho, se les pondrá especial atención para seleccionarlos.

“Estos liceos seguirán llamándose de la misma forma, pero también queremos incorporar elementos de innovación en vista de lo que hemos podido recoger. El Mineduc se ha planteado aumentar el alcance de este programa, ampliar la mirada, valorizando la diversidad de las trayectorias”, dijo el ministro Ávila en la comisión a la que llegó acompañado por la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, donde añadió que como cartera les interesa vincular las oportunidades que ofrece el programa con las necesidades del sistema. “Consideramos que al final de nuestro gobierno la mayor parte de los liceos con sello artístico podrían pertenecer a la red de LB”, añadió.

En esa línea, otro de los objetivos del futuro llamado es “crear culturas educativas orientadas a la innovación, la colaboración, la integridad y la inclusión, bajo una comprensión de excelencia que pone al centro el desarrollo de las capacidades”, según expuso la cartera en el Senado, donde añadió que dentro de los componentes de la convocatoria buscarán proyectos de fortalecimiento educativo, con recursos educativos destinados a mantener o mejorar el cumplimiento de los estándares de resultados y de procesos establecidos en las bases, así como una propuesta de mejoramiento de infraestructura escolar y/o adquisición de equipamiento y/o mobiliario.

Serán, además, cuatro los principios que orienten la convocatoria 2023: innovación, colaboración, integralidad e inclusión.

Así, los 80 liceos que resulten seleccionados este año obtendrán recursos para el fortalecimiento educativo y mejoramiento de infraestructura, equipamiento y mobiliario. En promedio, cada establecimiento recibirá un monto aproximado de 1.624 UTM, es decir, $ 102.432.176, los que serán pagados en dos cuotas: una este año y la otra en 2024 contra rendición del primer pago. En total, la inversión de Educación para darle continuidad al programa es de $ 8.194.574.080.

Evaluación

El Mineduc, además, tenía que dar cuenta de los avances de una evaluación del programa -también acordado en la Ley de Presupuesto- y cuyos resultados serán considerados en la formulación presupuestaria del año siguiente. Así, Ávila contó que su cartera está realizando dos estudios sobre LB, algo que, en todo caso, durante el año pasado, luego de desatada la polémica una vez conocido el deseo del gobierno de finalizar el programa, ya había anunciado que quería realizar.

Estos correrán en paralelo a la apertura del llamado para sumar 80 liceos a la red, al contrario de lo que quería la cartera, que era primero tener estos resultados y luego abrir nuevos concursos.

“Nos parece importante poder realizar una ampliación del programa en conjunto con el proceso de evaluación, algo que originalmente habíamos propuesto de manera distinta (…) sin embargo este Congreso lo ha determinado de una manera distinta por lo tanto hemos avanzado rápidamente con todos nuestros equipos para en paralelo poder hacer los procesos de investigación, análisis y reflexión, junto con el proceso de nueva convocatoria. Es parte de las respuestas que el ministerio hace en relación a la solicitud que hizo este Parlamento en la tramitación de la Ley de Presupuesto″, dijo al respecto el secretario de Estado.

El primero de los estudios se denomina ‘Impacto del Programa Liceos Bicentenario de Excelencia en Resultados Académicos y Socio emocionalidad de estudiantes en Chile’, lo realizará el Centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile y que tiene tres objetivos: evaluar mediante un diseño experimental los impactos del programa en resultados académicos y aspectos socioemocionales de estudiantes; identificar mediadores a través de los cuales el programa afecta los resultados académicos y aspectos socioemocionales de estudiantes; e investigar la efectividad relativa y escalabilidad del programa.

El segundo correrá por cuenta de la Pontificia Universidad Católica y será un estudio para evaluar el programa desde una perspectiva histórica, dando cuenta de su implementación, organización y resultados desde las experiencias de estudiantes y apoderados. Dentro de los objetivos se cuentan el describir y analizar las experiencias y las trayectorias educativas y sociales de estudiantes y egresados de LB de las distintas cohortes del programa; indagar en las experiencias que las familias actuales y egresadas de LB destacan de estos establecimientos; examinar la forma de organización pedagógica de los LB y el aporte educativo de estos establecimientos; dar cuenta de los efectos de los LB en los territorios donde se insertan, así como en otros establecimientos educativos y en el sistema educativo en su conjunto; y generar recomendaciones que permitan orientar el futuro del programa LB hacia la búsqueda de equidad y calidad en el conjunto del sistema educativo chileno.

El ministro Ávila, quien destacó la premura con la que actuaron para dar cumplimiento a la Ley de Presupuestos toda vez que los LB no estaban en sus planes originales, de todas formas dijo en la comisión que “el año pasado, cuando se hizo esta discusión, nuestro planteamiento no era necesariamente terminar con estos liceos, sino la disposición que teníamos de hacer política en serio. Es importante señalar que para nosotros esto es hacer política en serio: evaluar algo en profundidad que nos permita tomar decisiones. De esa manera fue como yo lo planteé el año pasado, esperando los resultados de una postulación una vez tuviéramos esos resultados. Esto no se entendió de esa manera”. Y sumó: “Acogimos la invitación que hizo el Congreso: nunca hemos estado cerrados a la disposición o los ajustes que nos podría señalar otro poder del Estado. Esto da cuenta, meses después, de lo que estábamos realmente planteando. Vamos a hacer esta convocatoria, esperamos que tengamos muy buena participación a lo largo del país, pero también con un ojo muy atento a los resultados que se nos otorguen”.

Las palabras anteriores, eso sí, chocan con el pensamiento inicial de la cartera, que en más de una oportunidad y en voz del propio ministro había desechado la posibilidad de hacer nuevas convocatorias y la idea de supeditarlas a estudios de efectividad sólo apareció una vez desatada la avalancha de críticas tras conocerse la intención de desahuciar el programa.