El 9 de agosto pasado, el niño de iniciales A.I.S.O. de dos años ingresó en estado de gravedad al SAPU de Zapadores en la comuna de Recoleta. Provenía desde su casa en Conchalí. A simple vista se notaban golpes en el cuerpo. Pero las heridas internas fueron las que terminaron por matar al niño.

Tras la muerte, los detectives de la Brigada de Homicidios (BH) de la PDI no lograron dar en un primer momento con la causa de muerte, pese a evidenciarse diferentes lesiones, unas antiguas y otras recientes. Ante la incertidumbre, se decidió enviar el cuerpo al Servicio Médico Legal con tal de obtener respuestas.

Finalmente, la autopsia entregó los primeras resultados: lesiones internas variadas, traumáticas de carácter abdominal, toráxicas y craneales. El SML concluyó que se trató de una muerte violenta por acción de terceros.

A estos resultados se sumaron las declaraciones del entorno del menor, quienes reconocieron maltrato constante. Solo bastaba conocer el causante de ellas. Según declaró Fernanda Constanza Ortiz Rodríguez (22), la madre del niño -eso sí, en una segunda oportunidad-, su pareja, Diego Antonio Astorga Mejías (22), con quien solo llevaba cuatro de meses de relación, agredía permanente y violentamente al niño.

"Está establecido que el menor vivía con su madre y, desde abril del año en curso, con una nueva pareja. Del resultado de entrevistas policiales a diferentes miembros de la familia, vecinos y la propia confección de la madre, se logra establecer que ambos cuidadores tienen responsabilidad en el maltrato constante al niño, que le causan una muerte violenta", indicó el comisario de la BH, Orlando Calderón.

Tanto Ortiz como su pareja fueron detenidos y serán formalizados por homicidio.