Patricio Santamaría Mutis (64) dice que esta semana recibió llamados de otros países donde le pedían información y asesoría tras lo bien y ordenado que salió el plebiscito del domingo pasado, realizado en pandemia. “Hemos recibido solicitudes para conversar y explicar cómo organizamos este proceso en pandemia, lo que refleja cómo se valoró en el exterior. Hablamos con el embajador del Perú en nuestro país (Jaime Pomareda) para colaborar con ellos; también nos contactó la Red Mundial de Organismos Electorales que hoy coordina México”, señala el abogado y exmilitante democratacristiano.

¿Cuál es la clave del éxito de los procesos electorales chilenos? Uno ve que en otros países se demoraron varios días en entregar los resultados.

Que tenemos un sistema que está definido en la Ley y que se basa en la responsabilidad de los y las vocales de mesa que, en definitiva, son quienes hacen el escrutinio. Las actas son retiradas por personal del Servicio Electoral que están -y estuvieron el domingo- en los locales de votación en todo el país. Ellos digitalizan los resultados en el mismo local y los transmiten -a través de diferentes vías- a los centros de cómputos donde se procesan a través de una serie de software. Ello permiten subir -y actualizar- los cómputos en la página del Servel cada 10 minutos. En otros países, no se aplica el sistema de entrega de resultados preliminares. En las recientes elecciones en Bolivia, el Tribunal Electoral decidió no dar resultados hasta no tener el cómputo total.

¿Cuánto costó el plebiscito?

Sin el pago de vocales y facilitadores, 24 mil millones de pesos.

¿En algún momento, cuando los contagios de Covid aumentaban diariamente, estuvo en duda su realización?

No que yo sepa. Durante el contacto permanente que tuvimos con el Minsal nunca estuvo en duda su realización ni recibimos una señal en esa línea. Tampoco fue tema en los contactos con el gobierno y el Parlamento, que eran los únicos que podían volver a atrasarlo.

Pero hoy se olvida que muchos creían que no habría plebiscito, porque temían un rebrote en octubre.

A mí y a todos no preocupaba lo que pasaría en Fiestas Patrias, porque se iban a producir una serie de eventos que podrían generar un aumento de los contagios, que se iban a expresar en la semana anterior al plebiscito. Pero creo que la autoridad sanitaria tomó las medidas adecuadas y la ciudadanía fue muy responsable. Creo que el buen comportamiento de la gente para el 18 de septiembre fue una de las primeras buenas señales del compromiso con el plebiscito.

“Hubo una coalición de dos derechos humanos”

Santamaría dice que hubo otras señales que anticiparon la alta participación en el referéndum, como la masiva inscripción de facilitadores: “Abrimos postulaciones para 15.300 facilitadores y en las primeras 36 horas se inscribieron 166 mil, muchos jóvenes. Esta fue una señal de interés en la participación, pero la tomamos con cautela, porque evaluamos que la crisis económica había influido en el interés de la gente por recibir el pago propuesto”.

¿Cuál fue el momento más difícil de estos meses de preparación?

No hay un momento, hubo una preocupación constante de si íbamos a tener la capacidad de transmitir confianza, tranquilidad y seguridad a las personas. Te diría que ese temor sólo se disipó cuando el sábado 24 vimos que teníamos todos los vocales y facilitadores, con una constitución de mesa histórica del 73,38%.

En algún momento hubo mucha tensión con el gobierno, respecto a si podrían votar contagiados con coronavirus.

Más que tensión hubo una coalición de dos derechos humanos -el derecho a participar y el derecho a la salud- y cada institución debe cumplir su rol. La jurisprudencia internacional resolvió que en ningún caso un derecho debe dejarse de aplicar por el otro, y recomienda buscar un mecanismo que permita que ambos derechos puedan ser ejercidos. Lo que nosotros planteamos fue buscar un mecanismo para que pudiesen haber votado personas con Covid; pero no existía la posibilidad de voto anticipado ni teníamos acceso a nombres, RUT y domicilios. Finalmente la autoridad sanitaria determinó que las personas con Covid no podían dejar su confinamiento y fue una buena decisión.

Se dijo que tras el plebiscito se estudiarían fórmulas para participar sin acudir a los locales. ¿Sigue en pie esa idea?

Más que una idea es un compromiso de palabra que adquirimos directamente y mirándonos a los ojos con el Presidente Piñera. Esperamos que en las próximas elecciones del 11 de abril las personas con Covid puedan votar y estamos trabajando para eso con el Ejecutivo y el Legislativo. El voto anticipado debiera existir en esa fecha, a través de urna móvil que nos permitiera ir a cárceles, hospitales y a lugares donde hay personas postradas. Y analizar el voto a domicilio de personas que se inscriban con anterioridad.