El 18 de julio, José Miguel Casanova (32) estaba en una casa en Tiltil con su polola y un amigo. En un momento, los hombres se pusieron a discutir y su amigo le tiró un vaso con agua. Casanova se enojó y lo empezó a perseguir. Hoy, la PDI investiga qué pasó esa madrugada, ya que tras ese episodio Casanova se borró del mapa.
Su caso se suma a las 4.062 denuncias que registra la Brigada de Ubicación de Personas (Briup) de la policía civil, entre el 1 de enero y el 31 de mayo de este año. En el mismo periodo de 2019 ingresaron 4.564 denuncias por presuntas desgracias, lo que significa que este año ha habido una disminución de un 11%. Esto, considerando que este 2020 ha sido un año “atípico”. Desde marzo hay toque de queda y se han decretado distintas medidas para restringir los desplazamientos. Todo esto en el marco de las medidas para frenar la propagación del coronavirus.
En cuanto al rango etario de las víctimas de este año, 1.552 tienen menos de 17 años, 2.288 tienen entre 18 y 64 años y 222 tienen 65 años o más. La región con más denuncias es la Metropolitana, con 1.265 casos, seguida por el Biobío, con 527.
Según la PDI, los factores que han incidido en esta baja -que consideran marginal- son la pérdida de información o la falta de contacto entre las personas que hacen la denuncia del presunto desaparecido en medio de la cuarentena.
Sobre cuáles son las razones que podrían estar provocando estos extravíos, la policía apunta a conflictos que se están dando en medio del confinamiento. “Como hoy no estamos en etapa escolar, los muchachos están en la casa y hay factores asociados a los maltratos que reciben en sus casas que hacen que se vayan de sus hogares. También, con las personas adultas hay violencia intrafamiliar asociadas a estas desapariciones, que más que nada son evasiones y abandonan el lugar para evitar esas circunstancias violentas que están viviendo en sus domicilios”, dijo el subprefecto Manuel Fuentes, jefe de la Briup Metropolitana.
En ese sentido, Fuentes indicó que las causas van asociadas a la edad de las personas. Así, señaló que en caso de los adolescentes “está el tema de la rebeldía, de la violencia. Las personas mayores tienen problemas conyugales que hace que las personas se vayan de la casa, también temas de alcoholismo, depresión. Además, hay muchas personas ahora que están perdiendo sus trabajos y eso los agobia. Esas cosas generan que cuando pierden contacto con las familias, ellos se preocupen y hagan la denuncia por presuntas desgracias”.
Asimismo, señaló que la mayoría de la gente ha podido ser ubicada por efecto del confinamiento. “Algunos han sido detenidos por no hacer la cuarentena, otros fueron hallados haciendo la cuarentena en otro lugar. También hay casos en que nos hemos encontrado con fallecidos, otros que han tenido accidentes y hay varias personas que siguen desaparecidas”, sostuvo.
La efectividad de las investigaciones por estos hechos se basa en si la persona fue ubicada viva o fallecida. Desde 2017 a 2019 han ingresado un total de 29.999 denuncias, de las cuales 27.900 han tenido resultado, lo que equivale a un 93%. Así, a la fecha, hay 2.099 investigaciones que se encuentran en desarrollo. Y entre enero y mayo de este año, en un 90% de los casos se ha encontrado a las personas extraviadas. Mientras que el 10% restante, que se traduce en 411 investigaciones, aún están vigentes.
La directora regional de la Fundación Personas Extraviadas Chile, Mallén González, dijo que durante la pandemia les han llegado más casos “de evasiones voluntarias (personas que tras peleas se fugan), también por condiciones de salud, como adultos mayores con demencia senil. Esto, porque en las casas el estrés familiar ha sido mucho”.