PDI en alerta por alza de denuncias y el nivel de violencia de los secuestros en la Región Metropolitana

Un millón y medio de pesos costaba su libertad y tuvo que pagarlo para seguir con vida.

Esa fue la única idea que se mantuvo en la mente del conductor de aplicaciones de transporte privado la noche que fue secuestrado. El 31 de mayo fue retenido en contra de su voluntad en Santiago Centro, luego de que dos sujetos lo contactaran para supuestamente concretar un servicio. Pero lo que él no sabía era que el objetivo de esa “solicitud de viaje” era cobrar una deuda que un familiar de él dejó antes de salir de Chile. Por eso, desde que los individuos se subieron al auto, la presión y las amenazas comenzaron de inmediato.

De acuerdo con datos de la investigación que llevó la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe) Metropolitana de la PDI, intimidaron al chofer de nacionalidad venezolana con un arma de fuego, obligándolo a trasladarse -en el mismo vehículo y siempre bajo intimidación- por distintos puntos de la capital. Solo lo dejaron ir cuando puso a disposición el dinero reclamado, cinco horas después del primer contacto y por medio de una serie de transferencias bancarias.

El caso del conductor es uno de los 13 secuestros registrados y confirmados por la PDI durante los primeros cinco meses de este año en la Región Metropolitana. Cifra que, de acuerdo con datos de la institución policial, es levemente más baja que la enumerada en todo 2016, cuando se acreditaron 14 secuestros en los 12 meses. La información de la institución policial da cuenta, además, de que en lo que va de este 2022, las denuncias por secuestros suman 42, y que de ellos dos fueron calificados como “falsos secuestros” y 27 fueron descartados.

Al analizar la situación en conversación con La Tercera, el jefe de la Bipe Metropolitana, subprefecto Hassel Barrientos, revela que efectivamente han notado un aumento en las denuncias por este delito, ya que, a igual fecha del año pasado, solo se contabilizaban 28 casos en la región.

“Si bien en términos de secuestros reales las cifras son iguales si se comparan ambos periodos, hemos notado un aumento en la violencia que se ejerce sobre la víctima, por las lesiones que presentan al momento de ser liberados. Después de las negociaciones que logramos hacer, o luego de que los liberen, constatamos que tienen más lesiones que años anteriores. El hecho de estar retenido ya genera una violencia sicológica, pero aparte se han observado cortes, golpes, lesiones por armas de fuego, quemaduras de cigarro y lesiones graves”, afirmó Barrientos.

En el mismo sentido, el subprefecto aseguró que se ha notado mayor participación de extranjeros en este tipo de hechos. “Comenzamos a ver detenidos extranjeros que cometen delitos contra personas que están en su misma situación, individuos que entraron de manera irregular, entonces presumen que podrían no denunciar y los extorsionan”, comentó el detective. Eso sí, agrega, la mayoría de los detenidos siguen siendo connacionales. Producto de las indagaciones realizadas en la capital, hasta ahora la PDI ha logrado la detención de 18 personas, de las cuales 13 son chilenas y cinco extranjeros.

Entre ellos están Ángelo Rojas López y Miguel Ávila Sánchez, quienes pasaron a control de detención el miércoles 15 de junio como los presuntos captores del conductor de aplicaciones de transporte. “Ambos imputados fueron formalizados por el delito de secuestro extorsivo, siendo decretada para ambos la medida cautelar de prisión preventiva, por ser considerados un peligro para la sociedad. Fue un secuestro que se tramitó bastante rápido, en un periodo muy corto se logró determinar sus identidades para así realizar las acciones que llevaron a detenerlos”, explica el fiscal de Análisis Criminal Centro Norte, Alfredo Cerri.

Según el análisis realizado por el personal especializado de la Bipe, la mayoría de los casos de secuestro que se registran están ligados a bandas de narcotraficantes que se secuestran entre ellos por rivalidades. “Son secuestros que se dan entre bandas rivales, van contra alguno de los integrantes o contra alguien asociado al clan, un familiar de los líderes, y piden recompensas, ya sea droga o dinero, o también se presionan por algún territorio determinado, intentando demostrar el poderío que tendrían”, detalló Barrientos.

La causa del secuestro denominada “narcoextorsiva” es una de las que lideran los rankings de la institución en este tipo de delitos. Este año se contabilizan cinco, mientras que en 2021 fueron ocho, en 2020, diez, y en 2190, doce.

En los registros de la PDI no hay datos de secuestros extorsivos que afecten a personas, por ejemplo, por su condición económica o social. Por lo mismo, el jefe de la Bipe, que desde 2016 es parte de la Comunidad Internacional Policial Contra el Secuestro y la Extorsión (Cipse), hizo hincapié en que, a pesar de que se pueden notar leves aumentos en la ocurrencia de delitos, hay una mirada positiva de la situación del país en relación con el resto de la región. “En el caso de los secuestros, todavía hay una mirada positiva frente a otros países que tienen índices mayores”, recalcó.

La participación en esa instancia internacional, además de servir para evaluar experiencias comparadas, Barrientos relata que también le ha permitido analizar fenómenos delictuales “importados”. Por ejemplo, sostuvo que a nivel nacional se ha visto un aumento de las estafas telefónicas en que se simulan secuestros. Esto, por la cantidad de datos personales que los usuarios comparten en internet. Por lo mismo, el subprefecto alerta que siempre, ante situaciones como estas, lo primero es comunicarse con la institución.