Santiago, la ciudad del país que concentra más casos de coronavirus (2.832), no descansa. No puede, porque miles de personas cada día deben acudir a sus trabajos, centros de salud, lugares de trámites o sencillamente para comprar mercadería. Y a pesar de que actualmente hay seis comunas con cuarentenas obligatorias, la mayor parte del territorio no tiene medidas restrictivas, como por ejemplo Maipú, Independencia, Recoleta o La Reina.
¿Qué sucede en estos sectores? ¿Cómo se vive en las zonas sin medidas de aislamiento obligatorio? ¿Cómo se ven sus calles? Resulta imposible generalizar. Evidentemente, la crisis es notoria. Se ve en todo. En la distancia entre unos y otros. En sus caras. Pero aún así, hay comunas con una importante circulación de personas. Tal vez demasiada. La Tercera efectuó un recorrido este miércoles reciente y encontró ciertos parámetros.
En el caso de Maipú, se apreciaban largas filas en torno a bancos y en las ferias locales.
Esta comuna, con 521 mil habitantes y ubicada el surponiente de la ciudad, es una de las más grandes del país. En una de sus ferias, ubicada en calle Lumen, los clientes se agolpaban en los puntos de venta de pescados y mariscos, con la Semana Santa ya en la mira.
También se veían vecinos “vitrineando” los puestos, extendidos a través de varias cuadras, y decenas de toldos ofreciendo cloro y toallas de papel.
“Acá es más barato que en los supermercados y preferimos los precios más bajos; no se privilegia la calidad en tiempos difíciles”, dijo Víctor Salas, quien camina varias cuadras para llegar a sus compras, aunque allí no se cumplía con la distancia social requerida. Nadie parecía recordar aquello del metro para allá y el metro para acá.
En la Plaza de Maipú, punto neurálgico de la zona, se observaban las personas agolpadas en locales de telefonía o bien pagando cuentas. Así como en Las Condes, Providencia y en el resto de los sectores con cuarentena se ve poca gente en las calles, aquí, sin ser un día normal, en algunas cuadras se le acercaba bastante.
En la Ciudad Satélite, en tanto, sí había menos gentío. Claudio González, dirigente vecinal, contó que "hay residentes que aún usan el mobiliario de las plazas para hacer ejercicios; o sea, utilizan el espacio público con normalidad, como si no pasara nada, lo que no está bien”.
Hacia la precordillera
La Reina es un caso especial. Con poco más de 90 mil habitantes, esta zona precordillerana queda justo a lado del grueso de las comunas que están en cuarentena.
Aquí, a diferencia de Maipú, las calles sí se veían prácticamente vacías. Solo en bancos y supermercados se apreciaban algunas filas de compradores.
El alcalde José Manuel Palacios, detalló que se instalarán cámaras para medir la temperatura y evitar que posibles personas contagiadas ingresen a los locales.
Agregó que la mayoría de los almacenes cerraron, pero la municipalidad activó un plan para que los taxis colectivos actúen como delivery para productos de las ferias.
Preocupa, explicó Palacios, que hay cerca de 3 mil adultos mayores vulnerables, así que los llaman por teléfono para acompañarlos y les llevan productos si lo requieren, como pañales o medicamentos.
Manuel Merino, residente de Simón Bolívar desde hace 30 años, sostuvo que se han formado grupos de vecinos en WhatsApp que se comunican para ofrecer ir a comprar a farmacias o tiendas de alimentos.
“Acá vive una gran población de ancianos y en esta crisis, todos se han unido para ayudar en los barrios, porque el tema de no poder salir es en serio”, advirtió.
Efecto “rebote”
En Independencia, el alcalde Gonzalo Durán fue claro: “Se debería haber prolongado la cuarentena que tuvimos por siete días; ahora quedamos fuera y se dio un efecto ‘rebote’, que generó que muchas personas salieran sin cuidado alguno”.
Añadió que “hay un cumplimiento muy parcial, por ejemplo, en el comercio, en los bancos y en la feria hay personas sin mascarilla circulando, por lo que creo que se debiera declarar aislamiento nuevamente”.
Señaló que el punto más complejo es el sector de los hospitales San José y de la Universidad de Chile, “donde se ven grandes flujos de personas caminando”.
En Recoleta, en tanto, se apreciaba un tercio del comercio funcionando en Patronato. Kim Li, vendedor de un local de artículos de fiesta, contó que siguen abriendo “porque vendemos mascarillas; están agotadas en todos lados, pero acá vendemos a precios convenientes”.
En este sector también estaban abiertas tiendas “no esenciales” de ropa, juguetes y otros artículos. De cualquier manera, se ven pocos compradores recorriendo un barrio que a la misma hora, en condiciones normales, siempre está repleto.
La Vega vive
El sector de La Vega Central, en tanto, sigue siendo un área de alta afluencia por estos días, aunque se han tomado medidas de higiene, como el “túnel de la vida”, por donde pasan las personas para una limpieza integral antes de ingresar al recinto.
Aquí también campeaban los vendedores informales que ofrecen desde ropa y comida hasta libros en las calles del sector. Eso no cambia.
Lo mismo en Estación Central, donde en las inmediaciones del terminal de buses interurbanos San Borja se apreciaba a numerosos extranjeros vendiendo de los más diversos artículos: zapatillas, cargadores y ropa. Muchos no tenían mascarilla y, aunque había pocos compradores, ya la presencia de quienes venden podría generar contagios.
A nivel país, según el 5° Informe Epidemiológico del Minsal, con datos correspondientes hasta las 21.00 del martes 7 de abril y un universo de 5.546 casos confirmados, en el país había 119 comunas sin casos positivos y 227 las que ya contaban con al menos una persona contagiada.