La mañana de este domingo, el Aeropuerto de Santiago fue el lugar de reencuentro entre personas adoptadas ilegalmente, durante la dictadura de Augusto Pinochet, y sus familias biológicas.
Tras 30 años separados, siete ciudadanos estadounidenses fueron los protagonistas de la emotiva reunión.
El vuelo proveniente de Nueva York fue liderado por Connecting Roots, organización que a través de pruebas géneticas e investigación, reúne a familias con las víctimas secuestradas y adoptadas ilegalmente en Chile.
El presidente de la fundación, Juan Luis Insunza, indicó que “lo que funcionaba en Estados Unidos eran agencias de adopción completamente legal. Los papás que querían acceder a esas adopciones lo que hacían era completar todos los pasos de una adopción normal: eran evaluados por asistentes sociales y por un informe de la iglesia para ver si podían o no adoptar”.
Y agregó que “Finalmente todos podían (adoptar) porque lo que estaban haciendo era a través de los costos operacionales del proceso. Lo que hacían (los autores del secuestro) era cobrar y vender esos niños y estas familias no sabían que estaban causando este dolor de que estaban comprando un niño, sino que ellos creían que estaban pagando por costos operaciones del proceso de adopción”.