¿Por qué se cambia la hora en Chile? Historia de la medida que se aplica este sábado

El primer sábado de abril y el primer sábado de septiembre, cada año se aplica en Chile un cambio de hora, intercalando entre adelantos y atrasos. Así es como este sábado 7 de septiembre se tendrán que adelantar los relojes para darle nuevamente la bienvenida al horario de verano. Pero ¿a qué se debe esta medida?

El 19 de mayo de 1947 se publicaba en el Diario Oficial que la hora oficial del país correspondería a la del “meridiano del Observatorio Astronómico de Lo Espejo, adelantada en 42 minutos y 45 segundos”, siendo el equivalente a cuatro horas al Oeste de Greenwich (GTM-4), mejor conocido hoy en día como el horario de invierno.

Llegado 1968, Chile vivió una gran sequía que afectó a varias regiones del país, pero sobre todo a la producción agrícola. Con esto el país se vio obligado a tomar medidas drásticas, entre ellas cortes del sustento eléctrico por sectores para hacer frente al fenómeno climático: “Llegó un momento en que teníamos que racionar la energía y ampliar los cortes hasta las 20:00 horas. Pero el comercio se opuso porque en esa época los horarios eran regulados y todos los negocios cerraban a esa hora. Si cortábamos la luz, le matábamos el negocio”, contaba hace algunos años a La Tercera el ingeniero eléctrico Edison Román, el hombre que cambió la hora.

En aquellos lejanos años, Román tenía el cargo de superintendente de Operaciones de Chilectra, y a su vez formaba parte de la comisión de sequía de 1968. Un viernes, mientras se dirigía a su casa, pensaba en soluciones ante el inminente anuncio de los cortes hasta las 20:00 horas que había decidido en ese entonces el presidente Eduardo Frei Montalva: “Pensé el fin de semana: ¿qué pasa si son las 8 cuando son las 7? Concluí que simplemente había que correr la hora civil y no afectábamos tanto a la población”.

Reunida la comisión, ese mismo lunes les presentó su innovadora idea para afrontar tanto la crisis de la sequía como para ayudar a la sociedad civil: “Cuando les dije que había que cambiar la hora, todos se rieron, pero se dieron cuenta de que hablaba en serio cuando les mostré mis cálculos”, contó en 2014 Román.

“Nunca se había usado el cambio en Chile para enfrentar una sequía. La verdad es que fue bastante innovador dentro de una serie de medidas que aplicamos como gobierno”, contaba a su vez Carlos Figueroa, subsecretario de Agricultura y miembro de la misma comisión.

Así, ese mismo año -1968- la idea fue aplicada en noviembre por primera vez, pasando al “horario de verano”, un hecho que se extendió por un año más y que para 1970 se proclamó como decreto supremo -N° 1.489-, estableciendo que “cada año la hora oficial se adelantará en 60 minutos, a contar de las 24 horas del segundo sábado del mes de octubre, por un período comprendido entre tal fecha y las 24 horas del segundo sábado del mes de marzo inmediatamente siguiente”.

Hoy por hoy esta medida tiene dividida a la población entre los amantes del horario de invierno, y los que prefieren el horario de verano. Hay críticas y respaldos de lado y lado.

El Ministerio de Salud, por ejemplo, le ha dedicado tiempo a evaluar el tema y bajo su óptica esto debiese terminar, aunque reconociendo que es una decisión que no depende sólo del sector, apuntando a factores como, por ejemplo, la seguridad. En una línea similar, el año pasado distintos senadores empujaron la idea y oficiaron al Ministerio de Energía pidiendo que se analizara mantener un solo horario para todo el territorio nacional continental, buscando derogar la ley existente y estableciendo que la hora oficial de Chile debería corresponder, exceptuando la Isla de Pascua y la isla Salas y Gómez, a la de Universal Time Coordinated (UTC) 3. Mientras, el PPD presentó un proyecto de resolución y ofició al Presidente Gabriel Boric para que congelara el horario decretado.

Independientemente de esto, este sábado se deberá hacer el cambio del horario de invierno al de verano. Es decir, se adelantarán los relojes cuando marquen las 23:59 horas, pasando a la 1:00 horas del día siguiente (GTM-3). La decisión de mantener los distintos horarios es una práctica denominada Daylight Saving Time, que tiene como finalidad el ahorro del suministro de luz y el aprovechamiento de luz natural en el verano.

Cabe señalar que en 2022 se hicieron modificaciones al decreto Nº 1.286 de 2018. En este se estableció que esta práctica no se aplica en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, pues su horario corresponde en “forma permanente al huso horario tres horas al Oeste del meridiano de Greenwich (GTM-3), considerando las consecuencias y conveniencia que el referido huso horario ha tenido en la población de dicha región”.