Posible colisión entre embarcaciones toma fuerza como tesis del naufragio que estremece a Coronel

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Naufragio de lancha en Coronel

Zarparon hace un mes desde Constitución para faenas de bacalao, y la madrugada del domingo su embarcación apareció partida por la mitad frente a las costas de la comuna del Biobío. Desde entonces no hay señales de los tripulantes ni de la embarcación de emergencia. Familiares, pescadores y autoridades mantienen la esperanza, mientras crecen las dudas sobre un posible choque con una nave de mayor tamaño.


En las costas de Coronel la incertidumbre crece con el paso de las horas. Desde la madrugada del domingo se perdió todo rastro de los siete tripulantes de la lancha “Bruma”, dedicada a faenas de pesca de bacalao. La embarcación, cuya matrícula corresponde a la comuna de Constitución, había zarpado hace 30 días para internarse en mar abierto como parte de las actividades de pesca artesanal.

La travesía parecía rutinaria hasta que, pasadas las primeras horas del domingo, un barco comerciante halló una escena desoladora: el bote pesquero estaba semihundido y partido por la mitad. No había señales de los pescadores ni de la balsa salvavidas.

Fue la mañana de este lunes que la presidenta de la Asociación Gremial de Bacaladeros del Maule, Claudia Urrutia, fue la primera en posicionar una hipótesis: “Esto no fue un accidente, fue un choque con una nave de mayor tamaño”, dijo.

Respecto de esta teoría, el capitán Cristian Díaz, de la Gobernación Marítima de Talcahuano, señaló que “es una de las tesis que también tiene mayor fuerza, esto hay que verificarlo, hay que ver todos los indicios para poder confirmar definitivamente este accidente, pero es una de las tesis que tiene mayor fuerza”.

Asimismo sumó que “estamos haciendo una investigación sumaria para poder determinar los efectos y las causas de por qué ocurrió esto y poder determinar las presuntas responsabilidades de este accidente”.

Como sea, lo cierto es que el hallazgo desencadenó una intensa operación de búsqueda que ya suma más de 35 horas de despliegue por mar y aire. Los tripulantes, según información de la Armada, habían partido desde Lirquén rumbo a la zona oeste de isla Santa María. Desde entonces las familias y compañeros de faena se aferran a la esperanza, movilizados en la costa, mientras las autoridades intentan descifrar qué ocurrió en esa franja de mar.

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La noticia del naufragio se conoció a eso de las 2:00 de la mañana del domingo. Cerca de esa hora la lancha perdió contacto a través del posicionador satelital (POSAT) que permite mantener en conocimiento la ubicación del bote durante las horas que se encuentra en alta mar.

La última señal de ubicación informada por el dispositivo a la Armada fue en las coordenadas 36°53′09″ S y 73°40′58″ O. Así, inmediatamente se activaron los protocolos de emergencia: unidades de la Segunda Zona Naval, un avión de la Armada y la lancha de servicio general “Talcahuano” se pusieron en marcha para iniciar las labores de búsqueda. En paralelo, pescadores artesanales de la zona, junto a familiares y dirigentes, se sumaron al operativo.

Además de la coordinación entre autoridades y pescadores artesanales que participan en el operativo, se definió un sistema de reportes oficiales para mantener informadas a las familias de los desaparecidos. Las actualizaciones se han entregado dos veces al día, a las 12:00 y a las 20:00 horas, con el objetivo de evitar la difusión de versiones imprecisas y reducir la ansiedad provocada por rumores no confirmados.

En ese sentido, lo último que se supo fue en voz del capitán de Puerto de Coronel, Osvaldo Cuadra, quien indicó que “la zona del siniestro se ubica a 17 millas náuticas de Coronel y a 10 de isla Santa María. Se trata de mar abierto, donde se registraron condiciones adversas, con marejadas altas, corrientes fuertes y un elevado tráfico marítimo”.

A lo que agregó que “estos factores pudieron contribuir tanto a la pérdida de señal como al deterioro de la embarcación. Las autoridades presumen que los ocupantes lograron subirse al bote de emergencia, aunque la balsa salvavidas aún no ha sido localizada”.

Esto último es lo que mantiene la esperanza de todos los equipos de búsqueda: la balsa salvavidas con la que contaba “Bruma” tiene un capacidad para, al menos, 10 personas y autonomía de entre 10 y 15 días, además de contar con agua, alimentos y pirotecnia.

El capitán de corbeta de la Armada y de Puerto de Coronel, Osvaldo Cuadra, sostuvo sobre la balsa que “no la encontramos en el área cuando se encontraron los restos, entonces tenemos la esperanza de que se encuentre en cercanías del lugar, a bordo estos siete tripulantes” y que “estos dispositivos de salvamento, que son flotantes y no tienen propulsión, están hechos para que se activen cuando una embarcación se hunde, de forma automática”.

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Según detalló Urrutia, “se han activado los procedimientos de búsqueda. Se necesita que los pescadores o el pescador que transite en esas zonas nos ayude a buscar la embarcación. A la familia de la pesca artesanal, cadena de oración”.

Acorde han contado sus cercanos, los equipos con los que contaba el bote pesquero eran los necesarios para enfrentar marejadas y no perder su ubicación, con equipos de radar, radio, antenas satelitales, sistema AIS y el POSAT, que trasmiten cada 15 minutos.

En ese contexto, la búsqueda se ha tornado más fácil por el clima de esta jornada, considerando que durante el domingo se vivió un entorno hostil debido a que la marea se agitó más de lo normal, lo que complicó la localización de sus ocupantes.

Los tripulantes desaparecidos son José Luis Medel Sepúlveda, José Luis Medel González, Juan Jorge Muñoz Balladares, José Fernando Carrasco González, Julio Eduardo Gallardo Díaz, Carlos Hugo Escárate Ramírez y Jonathan Daniel Torres Saldaña.

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