Leonardo Chanqueo, jefe de Infectología e integrante del comité Covid-19 del Hospital San Juan de Dios, asumió en marzo la presidencia de la Sociedad Chilena de Infectología, cargo que ocupará por dos años.
El especialista explica que aún no hay evidencia clara sobre la nueva variante ómicron -pesquisada hace menos de un mes-, pero que ya hay certeza sobre su alta transmisibilidad. Eso sí, advierte que aunque no produciría cuadros más graves que otros linajes, al ser tan contagiosa sí podría afectar el sistema de salud, por el mayor volumen de infectados que acarrearía.
Y frente a esto, el punto de quiebre sería el proceso de vacunación, que en Chile alcanza una cobertura de 91,9%, a la vez que 10 millones de personas ya recibieron la tercera dosis. Y para Chanqueo, esto deja al país en mejores condiciones para enfrentar la nueva variante.
Con la evidencia que hay, ¿cómo es el comportamiento de ómicron?
Sabemos poco todavía. Es una variante reciente, se confirmó en Sudáfrica el 24 de noviembre, entonces todavía no llevamos un mes de circulación en el mundo. Se ha diseminado bastante rápido, entonces lo que sabemos es que sí es más transmisible de lo que son las otras variantes, como la delta.
¿Cuánto más?
Sabemos que se disemina más rápido en la población, pero los números aún no están tan claros, sino que tiene un índice de transmisibilidad que es mayor que la delta, y eso yo creo que es importante y tiene que quedar en las mentes de las personas.
¿Produce cuadros clínicos más graves?
En relación a la severidad o gravedad de la infección, tampoco lo tenemos tan claro todavía; en general se ha visto que produce enfermedades más leves y los pacientes, al menos en Estados Unidos, no han evolucionado de forma grave ni tampoco se va visto más mortalidad. Esos son los datos preliminares que tenemos ahora, de Estados Unidos y Europa.
¿Al ser más contagiosa, podría aumentar las hospitalizaciones?
Sí. Una cepa que es más contagiosa genera más brotes y eventualmente si llega a población vulnerable, tendríamos un mayor número de pacientes acudiendo a los servicios de salud, ya sea unidades de emergencias o a la atención primaria. Si esta variante se disemina más, si uno tiene población susceptible o no vacunada, uno tendría más hospitalizaciones. Si hay más volumen de pacientes infectados, eventualmente habrá más pacientes hospitalizados.
¿Cuándo podríamos observar un aumento de casos producto de ómicron en Chile?
Lo que se ha visto en es que Europa hay una diseminación muy rápida, especialmente en Reino Unido. Aquí también se está diseminando rápido, en general, dados los tiempos de incubación, en dos semanas uno ya tendría un mayor número de casos. El primer caso en Chile se confirmó el 4 de diciembre, y ya llevamos más de 100 casos, hay una multiplicación importante.
En varios países ya impusieron medidas más estrictas, por ejemplo en China hay cuarentenas. ¿Qué medida recomendaría?
En esta pandemia vamos aprendiendo y las restricciones hay que tomarlas de acuerdo a cómo se va viendo la evolución. De hecho, vi la entrevista que le hicieron al primer ministro de Inglaterra y no van a tener nuevas medidas. Pese a que los casos en ese país están aumentando, no van a aumentar las restricciones que tienen. Lo más importante para todos nosotros son las medidas de autocuidado, que ya conocemos. Además, debemos acatar lo que dicte la autoridad sanitaria de acuerdo a la evolución de la pandemia. Es muy precoz todavía decir cerremos todo y nos vamos a cuarentena, porque hay que ir viendo la evolución que tiene en el mundo esta pandemia, cómo se comporta en los países que tienen una alta circulación de ómicron, como Europa o Estados Unidos. También es lógico y de sentido común el autocuidado, viene Año Nuevo y hay que evitar aglomeraciones. Además, lo más importante es la vacunación, si no tienen las vacunas o el refuerzo hay que administrarlas. Lo más importante, más que si vamos a hacer cuarentena, es partir por nosotros, por lo que podemos prevenir como personas y después seguir con lo que la autoridad sanitaria vaya decidiendo.
Ahora con las vacaciones, la gente se traslada más y hay menos medidas de autocuidado, ¿podríamos ver un peak en estos meses con la variante ómicron?
Yo creo que todo es evolutivo. El desafío va a ser cómo evoluciona el número de casos que tenemos a las dos semanas post Navidad y Año Nuevo, para saber cómo nos vamos a ir comportando en vacaciones de verano.
¿Cómo se ha observado la baja de anticuerpos?
En los estudios preliminares se vio a los seis meses una disminución de anticuerpos. Esto era mucho más marcado a los seis meses con la vacuna Sinovac. En base a eso nos adelantamos rápidamente a poner el refuerzo. Ahora, los nuevos estudios con refuerzo están en circulación, aún no tenemos data suficiente para saber cuánto han disminuido esos anticuerpos. Me parece un anuncio bueno y positivo estimular la vacunación.
La variante ómicron llega cuando gran parte de la población chilena ya está vacunada, ¿cómo nos ayuda esto?
Es muy positivo que como población estemos altamente vacunados y sigamos motivando la vacunación y el refuerzo, y la vacunación en niños y niñas. Ómicron nos pilla bien parados, en el sentido de que tendremos una mejor respuesta inmune. Si bien se sabe, gracias a algunos estudios, que la respuesta de las vacunas siempre ha sido menor con las nuevas variantes, vimos que con delta la posibilidad de llegar a morir o de llegar a la hospitalización, o a una unidad de cuidado intensivo, fue menor, por lo tanto, las vacunas siempre ayudan a protegernos del peor pronóstico que uno pueda tener.
¿Qué tan importante es que las personas se pongan la tercera dosis?
Es vital. Nosotros como Sociedad Chilena de Infectología llamamos a la gente a ponerse el refuerzo, y también en Estados Unidos dicen que es una medida preventiva frente a ómicron. Recordemos que en Inglaterra ahora tienen un brote importante de ómicron y están reforzando la vacuna.
En ese sentido, ¿qué riesgos corren aquellos que no se han vacunado?
Son el grupo que está exponencialmente más expuestos a infectarse de coronavirus y de la nueva variante. Al no estar vacunados pueden evolucionar a un comportamiento más severo de la infección y potencialmente llegar a una unidad de cuidados intensivos. Además, al estar más predispuestos a enfermarse, pueden transmitir la infección a otros.