La “crisis financiera más grave” en la historia de la red de Metro. Así califica el presidente de la estatal, Louis de Grange, al actual estado del tren subterráneo, producto de la brusca disminución de pasajeros, en el marco de la pandemia por coronavirus, y la emergencia por el estallido social, ocurrida desde octubre de 2019.
El directivo, en entrevista con La Tercera -a través de un cuestionario por escrito-, también detalla que hay una disminución del personal trabajando, en el marco de la pandemia, pero advierte que un cierre de accesos, como pidieron los sindicatos de trabajadores, podría resultar aún más perjudicial, pues habría aglomeraciones de pasajeros. También admite que algunos estudios de ingeniería de las nuevas líneas se han debido postergar debido a que surgen nuevas prioridades en el marco de la emergencia, pero subraya que está “optimista con el futuro que viene y creo que retomaremos con fuerza todos estos proyectos que son fundamentales para la ciudad”.
Dados los efectos del estallido y ahora la pandemia, ¿Metro está en su momento más difícil?
El impacto del coronavirus ha sido demoledor para muchas industrias, en especial para las del transporte. Metro ha enfrentado una reducción de sus pasajeros que fluctúa entre el 80% y 90% durante las últimas semanas, respecto de las primeras semanas de marzo. Sin duda, estamos enfrentando el período más difícil en la historia de la empresa. Pese a ello, y dada la importancia que tiene para la ciudad y para miles de personas que cumplen funciones trascendentales, como los profesionales de la salud, Metro sigue operando.
¿Qué medidas implementaron para enfrentar la pandemia?
La seguridad de nuestros pasajeros y de nuestros trabajadores ha sido, y seguirá siendo, una prioridad. Por eso, hemos instaurado múltiples medidas orientadas a protegerlos y que, al mismo tiempo, nos permitan seguir entregando un servicio fundamental para miles de personas que no tienen la posibilidad de quedarse en casa. A modo de ejemplo, estamos sanitizando con alta frecuencia los trenes, hemos proporcionado mascarillas a los equipos de estaciones y modificamos los turnos de nuestros trabajadores de manera de operar con dotaciones ajustadas, lo que permite que más trabajadores se queden en sus casas, entre otras medidas. El cierre de algunas estaciones puede analizarse, pero genera otros efectos: principalmente, que se concentrarán más pasajeros en las estaciones que queden abiertas, lo que podría no ser conveniente.
¿Trabajan con menor dotación?
Hemos reducido las dotaciones de equipos, tanto en estaciones como en talleres y en oficinas centrales. La idea es, por un lado, proteger a nuestros trabajadores y, por otra, tener respaldos y eventuales reemplazos.
Hoy tienen menos ingresos. ¿Qué estrategia aplicarán para conseguir recursos?
La situación actual requerirá de múltiples soluciones. Hemos efectuado ajustes de gastos, modificado calendarios de proyectos y también estamos gestionando la colocación de un bono. Tenemos una relación muy fluida con el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos, con quienes en conjunto trabajamos para superar esta crisis financiera que, sin duda, es la más grave que ha enfrentado Metro en su historia.
Recientemente se abrió la estación Baquedano. ¿Cuándo se abrirá un acceso al exterior?
La apertura de Baquedano era fundamental para mejorar la calidad del servicio a los pasajeros, y también las condiciones operacionales de la red, sobre todo en el contexto de la pandemia. Muchos pasajeros estaban realizando trayectos más largos, ya que no podían transbordar en Baquedano, y eso hacía que los trenes estuvieran innecesariamente más llenos. En esta misma época del año pasado, solo el transbordo de Baquedano era usado por más de 140 mil personas al día. Ahora estamos con un 10% de esa cifra, pero sigue siendo importante. En las próximas semanas esperamos poder habilitar algún acceso a superficie, para que puedan ingresar directamente los vecinos del sector, que no han podido hacerlo en 6 meses.
¿La situación actual afecta la reconstrucción de las estaciones dañadas en octubre?
Ha habido algunos ajustes en los plazos, pero en términos generales mantenemos la promesa que le hicimos a la ciudad: dentro del primer semestre abriremos un importante número de estaciones, y antes de diciembre de este año esperamos tener abierto y operativo el 100% de la red. Las fechas exactas las iremos entregando conforme finalicemos cada estación.
Debido a la crisis, ¿postergarán la construcción de nuevas líneas?
Respecto de las nuevas líneas 8 y 9, junto con la extensión de la Línea 4 a Bajos de Mena, tuvimos que aplazar los inicios de los estudios de ingeniería. La Línea 7 ha presentado también algún retraso, pero por múltiples factores, además de las crisis sufridas. Las extensiones de la Línea 2 a Hospital el Pino en San Bernardo, y de la Línea 3, a Plaza de Quilicura, siguen su avance, y están programadas para mediados de 2023. Sin embargo, estoy optimista con el futuro que viene y creo que retomaremos con fuerza todos estos proyectos que son fundamentales para la ciudad, en particular, para millones de familias que tanto necesitan del Metro.
En el caso de la Línea 7, hubo cambios en el trazado. ¿Cuándo se aprobaría el trámite ambiental?
Hace pocos días presentamos la Adenda N° 1 del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), en la cual incluimos mejoras urbanas y de los emplazamientos de superficie, tanto para los piques como talleres. Esto fue resultado del análisis técnico y de los diálogos con la comunidad, lo que permitió mejoras significativas. Esperamos que antes de finalizar este año tengamos aprobado el EIA.
¿En qué situación están las líneas 8 y 9? ¿La Línea 10 fue desechada?
Los estudios de ingeniería básica de las líneas 8, 9 y extensión de Línea 4 a Bajos de Mena se pospusieron. Originalmente estaba considerado que entren en operación cerca del año 2027. Hoy estamos revisando la calendarización de las distintas etapas, y para ello hemos estado trabajando coordinadamente con los ministerios de Hacienda y Desarrollo Social. La Línea 10, al igual que varios otros proyectos de expansión, es un trabajo permanente que realiza Metro junto con los ministerios de Transportes y Desarrollo Social. El desafío que nos planteó el Presidente de la República era avanzar hacia 300 kilómetros de red, y la Línea 10 es parte de este plan completo y de largo plazo, a 2035.
¿Qué estrategias se usarán para llegar a recuperar el nivel de pasajeros que Metro tuvo en el pasado? En algún momento tuvieron 2,9 millones de pasajeros por día.
Volver a tener esa cantidad de pasajeros dependerá de factores externos a Metro. No solo por la emergencia sanitaria que nos afecta hoy, y cuyos efectos pueden prolongarse aún por un tiempo, sino que también porque la afluencia depende mucho de la actividad económica, del empleo, del crecimiento de la población, entre otros. Como empresa, haremos nuestro mayor esfuerzo para seguir ofreciendo un servicio de excelencia, rápido y confiable, y que la experiencia de nuestros pasajeros, desde que ingresan en una estación y salen por otra, sea la mejor posible.
Con dos años en su cargo de presidente del Metro y como discusión de fondo, ¿piensa que debería haber un cambio en cuanto al financiamiento del transporte público? ¿debería aumentar el subsidio y no tener ingresos, mayormente, por la tarifa?
En todas las grandes ciudades del mundo, el uso del transporte público, y en particular el de los sistemas de Metro, lleva asociado una tarifa que ayuda al financiamiento. También existen subsidios. Pero no podemos desconocer que el subsidio al transporte compite con el subsidio a la educación, a la salud, a las pensiones, entre otros. En un país con recursos limitados, como el nuestro, es fundamental priorizar el gasto social. La discusión está en el ámbito de las políticas públicas.