El año pasado, el Liceo Manuel de Salas comenzó a evaluar a niños de primero básico mediante un sistema cualitativo, es decir, sin notas. Este año sumaron a esta modalidad a alumnos de segundo básico y en 2019 se incluirá al nivel siguiente. La experiencia ha sido positiva dentro del establecimiento, asegura la jefa de UTP, María Correa,
"Esta metodología permite descomprimir la presión que tienen los niños con las notas, que implican competitividad, estigmatización y demasiado interés por obtener un número más que por aprender", destaca Correa. La docente agrega que cambiar la mirada no concentrando las evaluaciones en las notas genera otros beneficios: "Los niños vienen gustosos a aprender, ninguna asignatura les resulta desmotivante ni difícil e, incluso, para ellos es entretenido".
En este liceo, particular pagado y que depende de la U. de Chile, se realizó en mayo un encuentro con otros establecimientos del país interesados en conocer su experiencia.
El trabajo también fue observado desde el Congreso y recogido por el senador Jaime Quintana (PPD), quien prepararía esta semana un proyecto de ley para que todos los establecimientos adopten este modelo de aprendizaje entre primero y cuarto básico: "La experiencia comparada muestra que para llevar calidad al aula es necesario evaluar cualitativamente. Las notas agobian a estudiantes y padres. El mecanismo de calificación y promoción que tiene Chile no contribuye en nada en la calidad educativa", asegura Quintana.
Según el senador, países como Estonia, Finlandia y Dinamarca, reconocidos por su calidad y equidad educativa, no evalúan a sus estudiantes de primaria a través de una escala numérica. Es por eso, dice Quintana, que "si al gobierno le interesa de verdad el aula, este proyecto es una oportunidad para iniciar un debate y cambiar un modelo de evaluación retrógrado".
El Liceo Manuel de Salas proyecta usar este sistema hasta sexto básico. "A esa edad los niños han adquirido madurez, capacidad para preguntar, habilidad para buscar información con sus profesores respecto de lo que les falta para aprender y están preparados para que el uso de las notas no se transforme en un elemento de estrés", explica Correa.
Desde el Ministerio de Educación aseguran que los colegios pueden implementar este tipo de iniciativas, "ya que tienen la libertad para decidir cómo reportar las evaluaciones hacia su comunidad educativa. Lo único obligatorio al respecto es entregar al Mineduc una calificación final en la escala de notas del 1,0 al 7,0".
El académico de la U. Católica Ernesto Treviño asegura que "actualmente todo el sistema de evaluación, desde las notas hasta el Simce, tiene una connotación punitiva en vez de plantearse como una oportunidad de aprendizaje. Cuando las evaluaciones se diseñan con propósito de aprendizaje, permiten que los estudiantes tengan oportunidad de mejorar su desempeño".
En tanto, Lily Ariztía, de la Sociedad de Instrucción Primaria, asegura que "para nosotros es mejor evaluar a los niños con notas, es decir, con números, porque pensamos que esto es más exacto y preciso para poder detectar si un niño no está en niveles aceptables de aprendizaje".