La Agencia de Calidad de la Educación dio a conocer los resultados de la Prueba PISA Financiera, que se aplicó en 2018 en 20 países, entre ellos Chile, y que en nuestro caso muestra que el 70% de los estudiantes de 15 años cuenta con una educación financiera básica para desempeñarse de manera eficiente en la sociedad.

Por contraparte, el 30% de los escolares chilenos está por debajo del nivel básico, porcentaje mayor al promedio de los países participantes (23,7%). Esto quiere decir que esos alumnos, en el mejor de los casos, pueden reconocer la diferencia entre necesidad y deseo, tomar decisiones sencillas sobre el gasto diario y reconocer el uso de documentos como la boleta o factura.

En tanto, solo el 3% de los estudiantes alcanza el nivel de desempeño más alto, que son aquellos que pueden usar productos financieros complejos, comprenden el uso del impuesto a la renta e incluso pueden explicar las ventajas financieras de los tipos de inversiones.

Al igual que en mundo de los adultos, los escolares también tienen una brecha de género en cuanto a ingresos y trabajo: según PISA, el 35% de los alumnos declara recibir una mesada por realizar labores en el hogar, pero la proporción de niñas que obtiene dinero por ayudar en la casa es 3,5% menor que la de los niños, una brecha que es significativa.

Algo similar ocurre en el trabajo fuera del hogar. El 31% de los estudiantes trabaja fuera de su horario escolar, proporción que es del 37% para los niños y de 25% para las niñas, lo que también se repite en todos los países. Pese a eso, quienes trabajan además de estudiar tienen un rendimiento significativamente menor en la PISA Financiera.

En tanto, el 70% dice que recibe dinero de regalo de parientes o amigos, el 40% obtiene una mesada sin hacer labores en la casa, el 38% obtiene dinero a través de la venta de cosas y el 35% recibe una mesada a cambio de ayudar en su hogar.

El examen revela que el 37% de los estudiantes de 15 años tiene una cuenta bancaria, 10 puntos más que en 2015, pero por debajo de los países OCDE, donde en promedio el 54% tiene una cuenta bancaria. Además, la PISA Financiera muestra que el 27% de los escolares tiene una tarjeta de débito, tres veces más que en 2015, pero bajo el 45% de promedio OCDE.

La mitad de los escolares dice que el colegio no le ha servido para aprender a manejar su dinero, mientras que el 31% afirma que el contexto escolar sí les sirvió. El 78% afirma que es responsable sobre sus asuntos de dinero y el 81% dice que puede decidir libremente en qué gastarlo. En tanto, quienes declaran que comparan precios antes de comprar, tienen un mejor puntaje en la PISA Financiera que quienes no comparan (485 puntos versus 412 puntos).

El 56% de los escolares afirma que habla regularmente con sus padres sobre sus gastos y ahorros y a ellos les fue mejor en el examen. Además, se registra una brecha de género en el interés por temas financieros: al 55% de los niños de 15 años les gusta hablar de temas de dinero, frente al 46% de las mujeres, lo que se repite en todos los países, excepto en Perú e Indonesia.

En promedio, el puntaje de Chile en alfabetización financiera fue de 451 puntos, por debajo de los 505 puntos promedio de la OCDE y del promedio de 478 puntos de los 20 países participantes. Chile está por sobre Brasil (420) y Perú (411).

A nivel de conocimientos, no se registra una variación significativa desde la prueba de 2015 ni una brecha de género. Sin embargo, sí hay una brecha socioeconómica, pues los alumnos del quintil más rico obtuvieron 508 puntos, frente a los 404 puntos del quintil más pobre. Sin embargo, este último aumentó su rendimiento en 28 puntos desde 2015.

De acuerdo a la PISA Financiera, el puntaje en la prueba es más alto cuando coincide que el estudiante tiene un mejor rendimiento en Matemática, disfruta más la lectura, tiene mayor nivel socioeconómico y tiene mayor confianza en temas financieros. En cambio, el resultado es más bajo cuando ha repetido de curso, asiste a un colegio técnico-profesional o es inmigrante.