Las primeras investigaciones del Tren de Aragua en Chile datan desde 2021, pero la presencia de integrantes de la organización criminal en el país es de -por lo menos- tres años antes. Así lo confirmó el fiscal regional de Tarapacá, Raúl Arancibia, quien aseguró que desde 2018 hasta 2022 residió en Chile Larry Álvarez Núñez, alias “Larry Changa”, uno de los fundadores de la red criminal.
“Larry Changa” tiene 46 años, es oriundo de la ciudad de Maracay, en Venezuela, capital del Estado de Aragua, donde se desempeñaba como obrero.
En 2007 fue procesado por homicidio intencional y robo agravado, siendo condenado a más de 17 años de presidio. Cumplió sentencia en la cárcel de Tocorón en Venezuela, donde se arrimó a los reos Héctor Guerrero, alias “Niño Guerrero”, y Johan José Romero, con quienes formó la organización criminal Tren de Aragua.
Álvarez escapó de la cárcel en 2015, y en 2018 ingresó a Chile, instalándose en la ciudad de Santiago junto a su pareja.
El fiscal Arancibia señaló que el líder criminal “tenía algunos negocios” en el país. Los comercios lícitos habrían servido como fachada para manipular dinero derivado de los crímenes de la organización.
Álvarez vivió en Chile por cuatro años, según reveló la Fiscalía. Sin embargo, una vez que el Ministerio Público y la PDI iniciaron las investigaciones contra el Ten de Aragua, el cofundador de la organización abandonó el país. Actualmente se desconoce su paradero.
Hasta ahora, las indagatorias del Ministerio Público han logrado identificar y detener -en prisión preventiva- a 40 miembros del Tren de Aragua. Entre los presos del grupo se encuentra Carlos González Vaca, alias “Estrella”, quien actuaba como jefe de plaza internacional, a cargo de la frontera chilena-boliviana y quien reportaba directamente a “Niño Guerrero”, líder de la organización criminal que la madrugada del 20 de septiembre se fugó de la cárcel de Tocorón junto a otros 42 reos.
Según la periodista venezolana Ronna Rísquez, autora del libro “El Tren de Aragua. La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina”, Álvarez Núñez tuvo una cafetería en el local de apuestas Jockey Club, en la calle Teatinos, a metros de La Moneda. Y le gustaba atenderlo en persona.
Rísquez cuenta que, a pesar de funcionar a través de células dispersas, a diferencia de otros grupos criminales, el Tren de Aragua tiene un mando centralizado. “El grupo que estaba en Tocorón coordinaba prácticamente todo. La zona minera, que tenía un jefe; y el que estaba en Chile, que era el otro jefe. La operación al final terminaba estando centralizada en estos tres jefes”.
Junto a Guerrero y Álvarez, Yohan José Romero, alias “Yohan Petrica” es el otro jefe, y controla las operaciones de minería ilegal en Las Claritas, el cuarto yacimiento de oro más grande del mundo. Es más, testimonios de exmiembros y cercanos al grupo a Rísquez, identifican a Romero como el verdadero jefe. “Guerrero lo llama Papá y ha ido varias veces de visita a Tocorón”, cita el libro.