"Fue una manifestación en contra del aborto libre. Constó de un pintado de la calle con color rojo, la disposición de carteles contra esta industria de abortismo y la inclusión de partes de juguetes de niños. Todo esto era para simbolizar la muerte de niños. Fue una intervención urbana".
Así describe Pedro Kunstmann, vocero del Movimiento Social Patriota, la cuestionada acción que protagonizaron la noche de ayer miércoles miembros de la agrupación, en paralelo a la marcha por el aborto libre que se desarrollaba en la Alameda.
Pese a las críticas que recibieron, asegura que estas instancias son necesarias para "demostrar que no hay un apoyo unánime ni un apoyo cerrado. Hay facciones que tienden a movilizar más grupos, por tanto, el aborto no es algo que esté instalado ni algo que la mayoría quiera. Es algo que está visibilizado de la manera y los ángulos correctos".
"La única manera que nosotros tenemos para hacer contra a esto es a través de las intervenciones urbanas (...) Es obvio que personas que, no entendiendo el aspecto completo, cree en todo lo que se le dice", comenta en conversación con La Tercera.
Producto de la acción que desarrollaron, al Movimiento se le adjudicó la autoría de los graves ataques que afectaron a tres mujeres que asistieron a la masiva movilización, lo que Kunstmann descarta totalmente. "Se nos intenta satanizar. Se dice que hay integrantes que son neo nazis, y nada que ver", comenta.
"No tenemos absolutamente nada que ver con el caso de las niñas que fueron apuñaladas, incluso, nosotros condenamos rotundamente cualquier acto de violencia directo que pudiese afectar la integridad física de una persona. Esperamos que se encuentre al culpable. Nuestra manifestación fue al comienzo de la marcha y cuando esto ocurrió, como hemos visto, la gente del movimiento ya no estaba ahí", detalla el vocero.
En la Región Metropolitana, según la información entregada por Kunstmann, son alrededor de 500 personas las que militan en el movimiento y las que alzan las banderas "por la patria, la familia, la identidad nacional y la justicia social". Se oponen, como agrega, al liberalismo económico.
"Nuestro movimiento es de tercera posición. Somos enemigos de la izquierda marxista que estruja al pueblo, y enemigo de la derecha capitalista que se dedica a vivir y parasitar del pueblo. Nos basamos en las ideas nacionalistas que vienen desde el año 1902 en Chile. No tenemos relación con el Nacional Socialismo alemán o con el fascismo italiano", concluye.
Otra de las cuestionadas "intervenciones" que ha tenido este movimiento, dice relación con la instalación de lienzos "en defensa de la verdad". En ellos, planteaban: "que no te laven el cerebro. Daniel Vega es hombre".
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