Los dos primeros episodios fueron catalogados como "nube tóxica". Pero al tercer evento, ocurrido hoy, las autoridades han evitado darle un nombre: 99 personas, la mayoría en un lapso de dos horas, presentaron síntomas de intoxicación y fueron atendidas en el Hospital de Quintero. Todo, con otro elemento en común: ningún monitor registró gases contaminantes durante la emergencia.
Lo ocurrido llevó al gobierno a levantar, nuevamente, una alerta amarilla y a suspender en forma indefinida las clases para la comuna y también en Puchuncaví, donde un pequeño grupo de personas presentó el mismo cuadro.
Sin embargo, a dos semanas del primer incidente y con casi 500 personas atendidas por síntomas de intoxicación, las autoridades desconocen el motivo de estas reacciones masivas.
Hoy, las clases se habían reanudado con más del 90% de asistencia, a casi una semana de la suspensión acordada luego de los episodios previos y la primera alerta amarilla. Sin embargo, cerca del mediodía, otra reacción en cadena devolvió las ambulancias a los colegios y fue atestando la urgencia del Hospital de Quintero con afectados por el mismo cuadro: dolor de cabeza, en el pecho, mareos, náuseas, vómitos y adormecimiento de extremidades, entre otros.
"Tienen síntomas similares que entran en un patrón muy parecido a lo que hemos atendido en los dos episodios previos", dijo la directora del Hospital de Quintero, Daniela Siegmund, quien añadió que el grueso de los afectados llegó desde tres colegios de la comuna.
Ante las dudas de que los síntomas se presentaran sin evidencia de contaminantes, Siegmund aclaró que "psicosomático no es, porque hay síntomas que no se pueden inventar", y sostuvo que los partes médicos establecen "observación de intoxicación" para este grupo, del cual cinco personas requirieron hospitalización.
El intendente de Valparaíso, Jorge Martínez, explicó que se realizó un monitoreo de gases en los mismos recintos de donde provino el grueso de los pacientes: a las 9.30 cerca del Colegio Santa Filomena y a las 13.30 en el Luis Orione, sin hallazgos.
"No había ningún indicador de contaminación, de ningún tipo. No hubo ningún tipo de contaminante medido por esta máquina", dijo Martínez, quien agregó que al lugar acudió personal de Medio Ambiente y funcionarios especializados de Bomberos y PDI, que también realizaron una pesquisa para determinar la acción de algún agente tóxico.
El resultado fue el mismo: nada.
Por ello, explicó Martínez, los fiscalizadores de Medio Ambiente y las pesquisas se han volcado ya no solo a las empresas, sino a cualquier otra fuente que pueda ser la responsable de las emergencias, como el agua, el aseo en los colegios y la alimentación: "Tenemos que descartar cualquier otra alternativa que haya afectado a los jóvenes".
Interrogantes
El episodio de hoy ha dejado varias dudas entre los expertos. Por ejemplo, que gran parte de los cuadros ocurra en los colegios y no en los jardines infantiles adyacentes. "Ningún alumno, de todos los jardines infantiles de la región, ha presentado síntomas de intoxicación. Ese es un tema que los especialistas van a tener que discutir. ¿Por qué se presenta (la reacción) en los colegios y no en los jardines, que están en los mismos lugares?", planteó Martínez, quien agregó que "es un fenómeno muy inusual que nos obliga a averiguar, junto con todos los ministerios, qué otras fuentes que no se puedan detectar, porque estamos midiendo la zona industrial y con el equipo especial de monitoreo del aire del ministerio (de Medio Ambiente) y todos los indicadores no muestran contaminantes en el aire".
La ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, sostuvo que se realizará una investigación exhaustiva de todas las empresas de la zona y que se le pidió a la Superintendencia de Medio Ambiente que en 48 horas entregue los resultados de la investigación en curso por los eventos anteriores. "El Ministerio de Medio Ambiente va a llegar hasta las últimas consecuencias para determinar a los culpables de esta emergencia", enfatizó.