No solo medidas para regular la entrada de personas del continente incluye la nueva ley de residencia en Isla de Pascua. A días de su promulgación, la nueva ley faculta al Ministerio de Transportes para decretar restricción a la circulación vehicular, exceptuando los de emergencia.
"Cualquier medida que se pueda aplicar es necesaria y urgente. Estamos teniendo tacos en las calles principales, cosa que hace cinco años era impensado. Cada 45 días llega un barco con 10 a 15 autos, la isla se está llenando y eso hay que pararlo", sostiene Carlos Edmunds, presidente del Consejo de Ancianos de Rapa Nui.
Según la ley, la restricción se aplicaría solo en caso de que la carga demográfica supere el limite máximo establecido en los estudios que se levantarán periódicamente para resguardar el equilibrio ambiental de la isla. "Ese estudio, que se actualiza cada cinco años, va a medir en qué situación se encuentra la isla en cuanto a su carga demográfica y ambiental, y si está o no en estado de latencia o saturación. A partir de esos resultados se puede decretar la restricción vehicular, entre otras medidas", señaló el diputado Marcelo Chávez (PDC), presidente de la comisión de Gobierno Interior.
"El estudio que fijará la carga máxima lo está haciendo la U. Católica y debería estar listo este año. De ahí se hará cada cinco años para tenerlo como instrumento de referencia", dijo el diputado.
Estas medidas fueron consensuadas con la comunidad rapanui en la propia isla, donde sesionó la comisión que elaboró el texto y en la que participó el subsecretario de Transportes. "La gente más consciente de cuidar la isla es la que camina por las calles, que goza de la naturaleza y que quiere que se mantenga natural, por lo tanto era necesario regular para no saturarla de gente y de autos", precisa el alcalde Pedro Edmunds.
La medida, inédita hasta ahora, responde a un creciente parque vehicular consecuencia directa del aumento de su población y su poder adquisitivo, pero también de la creciente industria turística que demanda autos para arrendar a los turistas (rent a car), minibuses para tours, así como para la circulación de autos acondicionados como taxis.
"A diferencia del continente, en que hay un tope de permisos, acá cualquiera que se baja del avión y trae su auto. le pone un letrero de taxi y se pone a funcionar. Son todos informales, y eso también hay que regularlo", señala José Rapu Haoa, miembro de la Comisión de Desarrollo para Isla de Pascua (Codeipa). El costo del flete en barco tampoco desincentiva el ingreso de los autos, con tarifas entre el millón de pesos hasta los $ 3 millones según el tamaño.
Tacos en el centro
"Los tacos es nuestro principal problema de saturación, así lo manifestaron más de mil personas en el último cabildo que nos exigieron medidas de restricción. Como ordenanza no pudimos hacerlo sin afectar el derecho a la propiedad. Sin embargo la nueva ley lo contempló, dándole la facultad de restringir el tránsito a la Seremi de Transporte a solicitud nuestra", dice el edil.
Mientras la isla se llena de autos, la población alcanzó los 7.750 habitantes en el ultimo censo, con un alza del 105% desde 2002. "Si en 2014 teníamos 1.977 permisos de circulación, el 2017 fueron 2.585 entre autos, buses, camiones, maquinaria pesada y motos, más otros 500 más sin papeles. O sea, hoy más de tres mil circulan por la isla", precisó Carlos Serey, director de Tránsito del municipio de Isla de Pascua.
En opinión del concejal Ricardo Espinoza (PPD), "hoy lamentablemente se dan todas las libertades para que lleguen autos a la isla pero no para que se vayan", refiriéndose al alto costo de cumplir con protocolos exigidos por Salud y SAG para enviar la chatarra al continente. "En la práctica hace inviable su tratamiento. Es un punto a revisar", advierte Espinoza.