A mediados de julio se generó controversia por la frustrada donación de órganos de Joaquín Bustos, el joven fallecido en Temuco a mediados de julio y cuya familia hizo el intento de que se efectuara una donación multiorgánica que no se pudo llevar a cabo debido a problemas logísticos generados por la falta de traslado aéreo para los órganos.
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El caso expuso las falencias que tiene el programa de trasplantes del país. En ese contexto, los diputados Jorge Alessandri (UDI) y Jaime Bellolio (UDI) presentaron un proyecto de ley para que se permita que drones realicen el traslado de órganos cuando se trata de tramos cortos dentro de las ciudades, con el fin de que no se pierdan tejidos debido a la demora que pueda existir en los trayectos. Ambos realizaron el llamado para avanzar en la creación de una flota aérea en Salud para Chile.
Hoy, en la cancha del Estadio Nacional, los diputados junto al comandante de grupo de la Fach, Ismael Barrenechea; el director de salud de Carabineros, Luis Soto; el director de seguridad operacional de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), César Magnamara y el director del Centro de Salud de la PDI subprefecto Gustavo Mellado, supervisaron un vuelo de prueba en el que dos drones cargados con un cooler simulando el peso aproximado de un órgano recorrieron el sitio.
El diputado Alessandri, dijo que "pensamos que un dron industrial como el que hemos probado hoy día es efectivo y puede recorrer kilómetros en solo minutos. Nunca más puede ocurrir que luego que una familia con todo el dolor que eso significa, decida donar un órgano, este órgano finalmente se pierde porque nuestro país no tiene la logística ni los protocolos".
Por su parte, Jaime Bellolio reconoció la experiencia internacional que existe en esta materia como Ruanda, ubicado en África Oriental: "Nosotros lo que más nos interesa es salvar vidas y que no tengamos más experiencias como la que vimos lamentablemente en La Araucanía. Nosotros necesitamos una red permanente y no solo que dependa de la buena voluntad de las autoridades de turno".
Los drones que podrían desarrollar la labor de traslado tienen una capacidad de vuelo de siete kilómetros, en el caso de los eléctricos, estos mantienen una carga de 30 minutos de autonomía y los que utilizan Bencina, dos horas. El peso del dron es de 17 kilos y puede elevar una carga de cinco kilos.
La propuesta propone que las personas encargadas de retirar los órganos de la caja debieran ser personal capacitado de los centros de salud que realizarán el trasplante y para ello se deberá avanzar en capacitación en salud.
Según los parlamentarios, este tipo de operaciones se realizan en otros países del mundo, donde además se hacen entregas de insumos médicos con esta clase de aparatos. No obstante, para realizar estas acciones en el país se requiere cambiar las normativas vigentes.
César Magnamara explicó que hay un concepto de seguridad tanto para las personas que están en tierra como para las otras aeronaves que comparten el mismo espacio aéreo con estos drones, "por lo tanto hay que proveerles de una normativa y reglas que permitan preservar la seguridad, desde ese punto de vista, la DGAC está preparada, abierta y lista para desarrollar la normativa y reglas que sean necesarias para que este concepto se desarrolle en un ambiente de total seguridad".
