"Nuestro paquete explosivo sin mensaje estaba dirigido a cualquier imbécil estudiante, pero también estaba dirigido a algún curioso transeúnte". Con esas palabras, el grupo "Ecoterroristas Individualistas Tendiendo a lo Salvaje (ITS)" se adjudicó en su sitio web la colocación de un artefacto explosivo, el 13 de abril, a las afueras de la Universidad Católica Raúl Silva Henríquez, en Santiago.
Esta no es la primera vez que reaparece esta agrupación, la misma que está en la mira de la policía y el Ministerio Público, luego de que el 13 de enero del año pasado enviaran un paquete explosivo al presidente de Codelco, Óscar Landerretche. En realidad, han colocado otros tres artefactos, los que son investigados en reserva por parte de Carabineros y la Fiscalía Sur.
En esta repartición del Ministerio Público, es el fiscal Claudio Orellana quien tiene dedicación preferente para estos delitos. Hasta ahora no se ha podido dar con los responsables y, según fuentes del caso, se están afinando peritajes orientados a contrastar evidencias, como huellas dactilares y rastros de ADN detectados en los paquetes.
En el comunicado en que el grupo "ecoterrorista" se adjudicó la colocación de un artefacto explosivo en la Universidad Silva Henríquez se indicó que "nuestro niple de acero lleno de pólvora negra al parecer no ha detonado (aún), a lo mejor terminó en la basura y algún día le revienta los dedos a algún basurero o quién sabe".
Sin embargo, lo cierto es que nada de eso finalmente ocurrió. Carabineros detectó el artefacto y fue un equipo del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (Gope) de la policía uniformada el que recogió la caja de cartón que contenía pólvora negra y unos cables adosados a una batería, para posteriormente desactivarla.
Ahora, la policía uniformada trabaja en determinar si existen cámaras de seguridad en las inmediaciones de la casa de estudios, para determinar si es que puede aparecer alguna imagen que entregue pistas sobre la identidad de los autores.
La primera aparición
Antes de adjudicarse la colocación del artefacto explosivo del viernes 13 de abril, el supuesto grupo "ecoterrorista" ya había hecho una aparición posataque a Landerretche.
Fue el 28 de septiembre de 2017, cuando, a través del mismo portal donde señalaron que ellos eran los responsables del atentado contra el presidente de Codelco, dijeron haber dejado una caja con cables y pólvora en un recorrido del Transantiago.
El artefacto fue detectado a tiempo y no explotó. Lo mismo ocurrió el 2 de noviembre del año pasado, cuando eligieron el mismo blanco: un bus de transporte público capitalino. Este ataque también logró ser frustrado, pues Carabineros identificó el artefacto: se trató de una botella de plástico con material incendiario en su interior.
Hasta ahora, todos estos objetos son investigados por un grupo especializado que, entre otras diligencias, ha trabajado en intentar recolectar restos orgánicos dentro de estos artefactos.
El jefe de Zona Metropolitana de Orden y Seguridad de la policía uniformada, general José Rivera, señaló a La Tercera que "hay un equipo de Carabineros que está hace bastante tiempo cooperando en la investigación respectiva (caso Landerretche) para poder esclarecer los hechos. Es así que cada vez que hay un suceso se convoca a este equipo con los fiscales para poder ir avanzando en este proceso. Ahora, el caso está avanzando bajo la mirada de la fiscalía".
Por su parte, el querellante en el caso Landerretche, el abogado Rafael Ferrada, manifestó que "primero, no está determinado que este grupo exista y que tenga una responsabilidad en el ataque. Se está investigando. Lo que sí nos preocupa es que después de un año y medio no hemos tenido noticias para poder avanzar en la búsqueda de los responsables".
Ferrada indicó que "ahora, no les doy tanta veracidad a los comunicados. También puede ser otro grupo y eso es lo que entiendo que investiga el Ministerio Público. Nosotros sabemos que es un caso de alta complejidad, pero genera cierta incertidumbre el tiempo transcurrido".
El caso, en un principio, era investigado por la Fiscalía Sur y un grupo de la Dirección de Inteligencia de Carabineros (Dipolcar).
Sin embargo, tras los cuestionamientos por la Operación Huracán, el grupo de policías encargado de investigar el atentado fue removido de Inteligencia y en lugar de traspasar el caso a otra unidad policial, se mantuvo este equipo, el cual quedó bajo la tutela del OS-9 de Carabineros, departamento encargado de perseguir investigaciones relacionadas con bandas criminales.