Residuos plásticos, boyas, redes de pesca, sillas, colillas de cigarro y hasta una máquina de escribir fueron parte de los objetos retirados por los voluntarios que limpiaron las playas del país durante este verano.
El programa Voluntarios por el Océano, compuesto por más de 600 voluntarios, lograron recaudar 9.367 kg de residuos. De ellos, 3.012 kg corresponden a material reciclable, de los cuales 418 kg son de plásticos reutilizables.
La ruta de los voluntarios comenzó en Arica, donde se retiraron más de 1.500 kilos de basura y finalizó este 24 de febrero en la isla de Quehui, Chiloé. Su recorrido consideró la limpieza de playas en Antofagasta, Caldera, Bahía Inglesa, Iquique, La Serena, Guanaqueros, Ritoque, Concón, Maitencillo, Pichilemu, Puertecillo, Matanzas, Curanipe, el archipiélago de Juan Fernández y Chiloé.
El ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, quien formó parte de la iniciativa, enfatizó en el daño ambiental que genera el plástico. "Hoy se usan en Chile cerca de 3.400 millones de bolsas plásticas al año, es decir, 200 bolsas por persona. Bolsas que usamos entre 15 y 30 minutos, pero que pueden tardar cientos de años en degradarse", dijo la autoridad. Además, agregó que gran parte de las bolsas "terminan en el paisaje, en cuerpos de agua, en las playas y, finalmente, en el mar".
Mena explicó que el legado de preservación oceánica que se está construyendo en el país requiere el compromiso y el esfuerzo de toda la ciudadanía.
Por otro lado, Rodrigo Farías, coordinador de la fundación Parley, entidad internacional que busca erradicar las bolsas plásticas de los océanos, dijo estar satisfecho por la alta participación de voluntarios. "Hemos recolectado mucha cantidad de basura. Nos hemos encontrado hasta con 150 encendedores en una hora y más de 15 mil colillas de cigarrillos durante todo el programa", dijo Farías.
"Es una muy bonita experiencia, uno no creería la basura que se encuentra por acá. Ojalá esto genere conciencia en todas las personas", dijo James Hughes, voluntario del programa.
Esteban Ramos, que también forma parte del grupo de voluntarios, explicó que "se ve mucho residuo de la industria pesquera, me encontré con bandejas de plástico, con una silla y eso me dice que falta harta conciencia y cultura ambiental en Chile".
El plan contó con el patrocinio del Ministerio del Medio Ambiente y organizaciones locales, como la ONG Terranorte, y tiene como objetivo limpiar 100 islas y ayudar a mitigar la contaminación marina por plástico, la cual es una de las mayores amenazas para la salud y supervivencia del ecosistema del océano.