Sin duda, los escolares más perjudicados con la pandemia son los de 4° medio. No han tenido clases en todo el año, excepto actividades remotas y preuniversitarios online, y todavía no hay claridad de la fecha en que se rendirán las Pruebas de Transición, que reemplazarán a la extinta PSU en el ingreso a la educación superior.
Pero las universidades creen que ya es tiempo de entregar certezas. En su sesión de ayer, el Consejo de Rectores (Cruch) analizó esta preocupación, que quedó plasmada también en una carta que le enviaron al subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, pues a partir de este año el sistema de acceso será administrado por el ministerio.
El vicepresidente del Cruch y rector de la U. de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, dice que para rendir las pruebas “los niveles de la pandemia tienen que ser muy distintos a los que tenemos hoy”, pues no pueden arriesgarse a contagios, pero que la fecha tentativa debería seguir siendo diciembre.
¿Qué pasa si no se puede rendir las Pruebas de Transición? “Se podría seleccionar carrera por carrera, con cada carrera o facultad haciendo una prueba, o se puede seleccionar por ranking de notas, o por promedio de notas”, ejemplifica Zolezzi. Pero al seleccionar solo por notas, muchos quedarían con el mismo puntaje, por lo que se seguiría necesitando una prueba.
Fuentes consultadas por La Tercera dicen que una solución podría ser la rendición del examen en varios días, para evitar contagios. Para ello, ya se cuenta con la experiencia de la PSU del verano, que se dio en tres días. Otra idea es triplicar la cantidad de locales de rendición, para que no haya más de 10 postulantes por sala.
El presidente de la Red G9 y rector de la U. Católica del Maule, Diego Durán, dice que “este es un tema que debemos abordar con urgencia, porque no hay información clara, no se sabe bien cómo van a funcionar las pruebas y así es difícil que los estudiantes y los colegios puedan organizarse”.
“No puede terminar el mes de julio sin que haya un camino claro que resuelva esto. Entendemos que haya situaciones emergentes, pero en este país siempre hay situaciones emergentes y hay que tener una planificación”, agrega Durán.
El tema está en manos del Comité de Acceso Universitario, compuesto por 7 rectores y el subsecretario Vargas, quienes podrían hacer las modificaciones, por ejemplo, a las ponderaciones de los instrumentos de selección y a las notas, considerando que los escolares no han tenido actividades este año.
Los rectores comentan que las Pruebas de Transición no requieren cambios de contenido, ya que en abril el Mineduc priorizó el temario, anunciando que el examen incluirá las materias que fueron vistas en los años anteriores.
Al respecto, el subsecretario Vargas señala que “acogimos el llamado que nos hicieron los rectores y les ofrecimos tener una reunión, con la comisión de admisión del Cruch, para analizar juntos los diversos escenarios que tenemos” frente al proceso de admisión 2021. El encuentro sería la próxima semana.
Además, Vargas recuerda que en abril priorizaron los contenidos de las pruebas, dejando solo los esenciales de 4° medio; firmaron un convenio con tres preuniversitarios para que entreguen clases online, a los cuales se han sumado 30 mil jóvenes, y publicaron los ensayos de las pruebas.
En tanto, el rector de la U. del Desarrollo e integrante del Comité de Acceso, Federico Valdés, dice no entender la preocupación del Cruch, pues tienen a cinco integrantes en esta instancia.
Impacto en recursos
El Cruch también analizó ayer la delicada situación financiera que viven sus 30 instituciones. Según su reporte interno, la pandemia se traduce en un impacto financiero, proyectado para el año, de $ 160.874 millones.
Esto incluye $ 94.760 millones de aranceles que se estima no serán recibidos este año y $ 18.781 millones de gastos no previstos hasta mayo, como becas de internet (13% más que en el mes previo). Zolezzi dice que hay “temor de no poder salir adelante de esta crisis financiera, porque las universidades son demandadoras de flujo”.
Además, se han producido grandes fugas de alumnos. Según Zolezzi, el caso extremo es el de la Universidad de Tarapacá, que perdió 1.100 de sus 9.000 alumnos por la pandemia. b