De acuerdo a un nuevo reporte publicado por el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) de la Universidad de Chile, la cuarentena decretada en 38 comunas de la Región Metropolitana el pasado 15 de mayo tuvo un impacto moderado en reducir la movilidad. Esto, luego de analizar los flujos de salida y entrada a las comunas durante la primera semana de implementada la medida.
De acuerdo al análisis de datos hecho por los expertos, los niveles de movilidad siguen siendo altos en general, “pero particularmente en comunas de menores ingresos”, y detallan que los resultados confirman que la efectividad de las cuarentenas en varias comunas “depende del diseño e implementación de políticas públicas complementarias que faciliten a sus habitantes poder respetarlas”.
Según se indica en el análisis, el 15 de mayo cuando comienza la cuarentena total en la ciudad de Santiago se observa “una disminución adicional en movilidad en todas las comunas, que se manifiesta incluso para comunas que ya estaban bajo régimen de cuarentena”, sin embargo, se indica en el reporte, a pesar de esta baja, en varias comunas la reducción total en movilidad no supera el 30-35%, y se registra un efecto dispar en la baja en movilidad con respecto a la composición socioeconómica de las comunas.
Según se indica en el análisis, este fenómeno puede ser por falta de comprensión de la población de la profundidad de la crisis, problemas de comunicación de ello desde la autoridad o falta de apoyo central a poblaciones vulnerables. “Este último punto luce central: es indispensable que, al aplicar las cuarentenas en comunas de menores niveles socioeconómicos, el gobierno las complemente con herramientas que apoyen a sus habitantes y provea de recursos para cubrir necesidades urgentes”, detallan.
Metodología
Según indican en el informe, para estudiar el impacto de las cuarentenas analizaron los viajes de los habitantes de la Región Metropolitana usando datos estadísticos e información del uso de infraestructura de telecomunicaciones agrupados a nivel de zona censal.
Así, para cada día laboral (lunes a viernes), determinaron el flujo desde cada zona “hogar” (donde las personas se encuentran frecuentemente en horarios de no trabajo) hacia otras zonas, durante horarios de trabajo y los interpretaron como asociados a actividades laborales.
Tras esto, tomaron promedios semanales a nivel de comuna (excluyendo fines de semana) de estos flujos.
Como “base”, tomaron las dos primeras semanas de marzo del 2020, antes de la declaración de la fase 2 de pandemia por Covid-19 en Chile.