"Revolución en Libertad": Los grandes hitos que marcaron el gobierno de Eduardo Frei Montalva

Más de cincuenta años han pasado desde que Eduardo Frei Montalva asumió como Presidente de la República de Chile. Llegó al poder en 1964 -hasta 1970 cuando le entregó la banda a Salvador Allende- luego de haber ostentado otros cargos públicos como ministro y parlamentario.

Fue fundador de la Falange Nacional, partido que tras una reforma, pasó a ser la Democracia Cristiana. Desde ahí, pensó el país que quiso construir como jefe de Estado y que lo llevó a convertirse en uno de los principales políticos de la época, con un amplio reconocimiento y cariño de la gente.

Su mayor obra estuvo centrada en la clase media y fue recordada en la posteridad: la "Revolución en Libertad". El mismo nombre llevó su programa de gobierno, el cual incorporó cinco grandes prioridades: desarrollo económico; educación y enseñanza técnica; solidad y justicia social; participación política y soberanía popular.

Dentro de estas reformas estructurales destacaron la Reforma Agraria, la Chilenización del Cobre y la Promoción Popular.

Ya desde comienzos del siglo XX, la demanda por una reforma agraria en el país había comenzado a tomar fuerza. Pese a los intentos de algunos gobiernos radicales de transformar la estructura agraria tradicional, fue sino hasta el periodo de Jorge Alessandri, cuando la idea empezó a tomar forma. Fue precisamente bajo su gobierno, cuando se hizo la primera redistribución de tierras estatales entre campesinos y organizaciones.

Pero con la llegada de Frei Montalva al poder, el proceso tomó un nuevo impulso. Tal como precisa el sitio Memoria Chilena, "el programa reformista del nuevo gobierno buscó la modernización del mundo agrario mediante la redistribución de la tierra y la sindicalización campesina. Para lograr este objetivo se promulgó una nueva Ley de Reforma Agraria N° 16.640 y la Ley N° 16.625 que permitió la sindicalización campesina".

Así, en la administración Frei Montalva se expropiaron cerca de 1.400 predios agrícolas, que significaron unas 3,5 millones de hectáreas.

Cuando surgían las primeras ideas revolucionarias en América Latina, en la década de los 60, una idea comenzó a tomar fuerza en Chile: la recuperación de las riquezas.

El primer paso se dio con Frei, cuando con su programa Revolución en Libertad, se propuso la chilenización del cobre. Esto permitió la intervención chilena en la propiedad y dirección de la gran minería del cobre mediante la asociación con el capital extranjero. Pero además, se propuso un aumento sustancial de la producción a través de inversiones y la refinación completa del cobre en el territorio nacional.

Sin embargo, el alza del precio del cobre y las altas utilidades que trajo la asociación con el capital extranjero para corporaciones norteamericanas, generaron un debate que obligó al gobierno a establecer una nacionalización pactada.

Llevaba solo un mes en el cargo cuando Frei Montalva convocó a cerca de 200 dirigentes a La Moneda para presentar la Promoción Popular. La iniciativa buscaba dar poder a las organizaciones comunitarias y fomentar la participación de los sectores que habían sido tradicionalmente marginados.

Lo que se buscaba en la práctica era incorporar a la población a la comunidad, dejando de lado el paternalismo estatal. Así, se aumentó la creación de organizaciones vecinales, corporaciónes deportivas y sociales, centros de madres, capacitaciones y gremios sindicales.

En 1968, se creó la Ley de Promoción Popular (Ley 16.880), que dio un cuerpo legal a las organizaciones.